El mandato paterno de No Llorar


Estimado Miyo:

Luego de leer su blog durante algún tiempo, pensé que quizá usted podría orientarme un poco, con cierta situación, que tal vez al leerla le parezca insignificante, sin embargo, a mí me viene preocupando hace tiempo.

Mi relación con mi padre, fallecido muchos años atrás, siempre fue tensa. Jamas logramos sintonizar, por llamarlo de alguna forma. Muchos años me ha tomado quedar en paz con su recuerdo, sin embargo hay un detalle de nuestra relación que aún hoy perdura en mi. Quizá, por ideas de la época o por sus propias convicciones, el entendía que un hombre no debía llorar y se encargo de marcarlo a fuego en mí. Han pasado las décadas, muchas más de las que querría confesar, he olvidado su cara e incluso su voz, pero por alguna extraña razón no he olvidado su orden de no llorar. Esto hace que a mis 41 años, no recuerde cuándo fue la ultima vez que lloré. Quizá sea una nimiedad, pero en mi viaje constante, se me presenta como un faltante. Puedo reír, puedo emocionarme, puedo sufrir como cualquiera, mas el llanto me esta negado. Al mismo tiempo no termino de entender porqué me preocupa esto y simplemente no lo olvido.

Espero que pueda usted orientarme en esto y quizá así ayudarme a superar esta extraña situación.

Muy agradecido y un cariñoso saludo.
Carlos

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Saludos Carlos y por favor trátame de tú, que el usted es para directores de bancos y gentes de dudosa alcurnia.

Al padre lo llevamos puesto en nuestras palabras, gestos, miedos, refranes, articulaciones, etc. Y el padre que cuenta es el que está vivo, el que vive a través de nosotros, no el viejecillo que descansa al lado del hogar y al que vemos cuatro veces al año.

El no llorar es un mandato que ha quedado inscrito en tu conciencia como un conjuro, y que debes desactivar. La recapitulación permite volver al pasado (también podría servir el masaje de catarsis, un retiro de varios días en las cabañas de oscuridad, o una sustancia lucidógena que abra tus memorias) y deshacer el conjuro. Tienes que liberar tu pecho y sientes que hasta que no lo logres algo falta en ti. Sacar todo el llanto acumulado, que te hace aspirante a la angina de pecho, y liberarlo de una vez por todas. No lo olvidas porque es un tema importante, que impide tus verdaderos sentimientos. Es hora de entrar en el cuarto de los trastos y liberar tus lágrimas, hasta que la inundación fertilice de nuevo tus tierras del Reino del Verano (Arturo). Así que tienes que hacer un trabajo específico para lograrlo, relajar la tensa musculatura facial y aullar de una vez mientras las lágrimas corren por tus mejillas. Revivir las veces que te lo repitió y en vez de obedecer sus órdenes o consejos, saltar en pedazos y liberar la presa…

Con cariño,
Miyo

1 Response

  1. B.

    Con su permiso… Quiero entrar en esa cabaña de oscuridad.. Qué debo hacer para poder realizar ese trabajo..?. Gracias..

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