Me pierdo abrazando la sombra

Hola de nuevo Miyo,

Mi nombre es Elena y quisiera que me hablaras un poco más de lo que significa abrazar la sombra. Cuando leo acerca de esto, lo comprendo, sin embargo, a la hora de la práctica… me pierdo bastante. Por ejemplo: yo soy bastante insegura y me da mucho miedo la opinión de los demás, que se rían de mí y equivocarme, aunque intento parecer segura, sólo lo parezco (a veces ni si quiera consigo perecerlo, ¡me vuelvo más torpe! jajaja). Aún así, intento llevar a cabo actividades que me enfrenten a esta situación: hablar en público, decir lo que pienso… Es decir, intento ver mis emociones de inseguridad y llevar una acción «positiva» aunque lo pase mal

¿Esto forma parte de abrazar mi sombra?

Con cariño: ¡Gracias!

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Querida Elena:

Desde luego que poner de frente lo que nos oprime por dentro, y bloquea nuestro plexo solar, tiene que ver con aceptar una parte de nuestra sombra. Lo importante es cuando sientes que ya no puedes más y a pesar de eso continúas ahí, de frente, dando la cara y respirando aunque tengas el estómago como una tabla de surf. Hasta que por sí misma se relaje o hasta que des un grito (o un bufido) y esta liberación te permita entrar en calma.

Una posibilidad es que aprendas a respirar con tu vientre y bajes tu atención de la garganta (mental concreto y centro de recepción de los mensajes verbales y gestuales) y del pecho (sentimientos de rechazo), hinchando el vientre al expulsar. Hasta que el vientre sea el lugar donde descansas antes de comenzar a hablar o a presentar tus argumentos. Se tratas de enraizarse en el presente y dejar el pasado con sus historias y rutinas detrás. Desde allí es posible la calma y no estás en manos de viejos engramas de reacción o de autocastigo. Cuando de niña no has tenido apoyo en tu casa (especialmente por parte de padre), puede ser muy difícil desaprender el camino del rechazo o de la indiferencia, por lo menos hasta que no se recapitula a fondo esta relación paterna desequilibrada y se libera cada una de estas situaciones como si nunca hubiera sucedido (si tienes el libro ‘Abrazando al dragón del vientre’, ahí está bien explicado este proceso).

Con cariño,
Miyo