La misión de los chakras
Hoy es fácil encontrarse con amigos que hablan sobre sus sensaciones de apertura u opresión en sus chakras o centros de energía. Sea en el pecho, en la frente, en el vientre o en la garganta, saben que algo está sucediendo en esa zona y que ese algo no es físico o, mejor dicho, no es orgánico. Poco a poco la esencia de lo que llamamos el Canal central va popularizándose como eje energético del Ser, llamado en otros tiempos ‘el camino de los dioses’ o ‘la espada de luz’ del guerrero espiritual. Y se hace necesario entender que el libre paso de energía por ese canal (o por el uroboros o doble canal, que sube por detrás y baja por delante, ambos en la línea media del cuerpo) es la base misma de la salud y manifiesta una activación del sistema inmunológico que nos defiende de todo tipo de alteraciones, además de acelerar los procesos de rejuvenecimiento y suministrarnos un caudal inagotable de energía. Quien pueda mantener su conciencia centrada sin distracción quince o veinte minutos en este canal vertical (lo llamo ‘la fluorescente’, por su color blanco), que alcanza desde medio metro encima de la cabeza (estrella del alma) hasta un metro por debajo del perineo (estrella de la tierra), pasando por los siete chakras básicos, alcanza un cierto estado de iluminación y de contacto directo con los mundos sutiles. Se enchufa literalmente a la red universal de conciencia.
La misión de los chakras es distribuir la fuerza vital por todo el organismo, además de activar ciertas cualidades internas que corresponden a cada uno de los escalones en los que se hayan situados. Está 1- el chakra base cerca del perineo; 2- el sexual en el vientre o en la línea de ovarios; 3- el umbilical que se sitúa cerca del plexo solar y está relacionado con el bazo; 4-el del corazón, relacionado con el timo; 5- el de la garganta, 6- el centro de la frente que está relacionado con la nuca y el cerebelo; y 7- el centro de la corona o fontanela; sin olvidar las dos estrellas citadas.
El paso de energía entre ellos debe ser desbloqueado para que cualquier trauma, negatividad o adicción sea sanada definitivamente. Por eso hemos de respirar por el canal central, como un tubo de tres o cuatro cm de diámetro, subiendo al inspirar (contrayendo los esfínteres) y bajando al expulsar (relajándolos). Hasta que el paso quede liberado de cualquier obstáculo y la energía fluya libremente (Om-Na-Mah-Shi-Va-Ya-Hum). Las siete actividades relacionadas con los chakras son 1-la artesanía, el cultivo y los deportes; 2- la danza, artes marciales y decoración; 3- las representaciones teatrales y la dirección de actividades; 4- la sanación y la armonía con la Tierra; 5- el canto y la música; 6- la enseñanza, la pintura, la escritura; y 7- la canalización, la mística y los dones internos.
Trabajemos un poco. Crea una envoltura de luz blanca a tu alrededor, como una burbuja. Visualiza una flor de color rosa en el centro de tu pecho. Está cerrada y tienes que abrirla pétalo a pétalo, mientras afirmas tu capacidad para recibir y dar cada vez más amor. Cuando esté abierta deja que la luz rosa del amor atraviese la burbuja e irradie al exterior, llegando hasta tus seres queridos y después al resto del mundo. Luego cierra la flor, porque es necesario no quedarse demasiado abierto a las personas que se acercan. De cualquier manera todos los centros forman una unidad. Por ejemplo, cuando quieres abrirte al trabajo psíquico y para conseguirlo trabajas con el centro coronario y el tercer ojo, es mejor limpiar y equilibrar también el resto de los chakras, para que las experiencias sean armoniosas. Como si un tornado se formase en cada centro hasta limpiarlo de todas sus impurezas.
En el 1º limpiarás todos los miedos y te conectarás con la Tierra. En el 2º sanarás tu energía sexual; en el 3º disolverás las heridas del pasado y la falta de confianza en ti mismo para potenciar tu autoestima; en el 4º tendrás que liberar todas las emociones negativas hasta que consigas la paz de amar y ser amado; en el 5º calcinarás las dificultades que tienes en la comunicación y la prosperidad; en el 6º abrirás el flujo de la creatividad y de la percepción mágica del mundo; y en el 7º profundizarás en la meditación y en la inspiración espiritual.
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