La marihuana y sus efectos en el cuerpo de luz
Quiero preguntar sobre los efectos en el cuerpo de luz del Cannabis (es mi gran fantasma y adicción). Llevo fumando unos veintitrés años y veo en mí y en otros que -aunque es algo que te hace de reflexionar y pasarlo muy bien- es, en mi caso, una fuga de energía bestial -como un saco con un agujero por donde se derrama mi oro-, que en cuanto le doy dos caladas se me despiertan mis células adictas, me prendo y me acabo fumando cuatro porros enteritos y al día siguiente aunque intento controlar al control no hago sino lo mismo y me quedo pillado. Me quitan la voluntad y me dejan casi tan dormido como cuando te pasas viendo el tele cuatro horas seguidas. Por no hablar de que me hacen comer compulsivamente y me convierto tabién en un obseso. También me impiden recordar mis sueños.
Ramtha, en su lenguaje confuso, dice que «es una hierba que se creó para ayudar a los animales que sufrían dolores que se le llamaba «hierba loca». Los animales iban a buscarla y la comían para que les quitara el dolor y permitía que su espiritu pasara a un estado de shock que a su vez impulsaba al animal a buscar agua. Era un calmante pero ¿sabes lo que calma el dolor? La muerte del cerebro. Si el cerebro está anestesiado no se sentirá el dolor… pues bien la hierba se creó para ese fin y fue idea de un grupo de dioses muy compasivo. Tú la has usado para embotar la sensación de la pena emocional y tu vida aburrida. Lo que realmente sucede (al igual que en la combustión con los alveolos pulmonares) es que la neurona muere. Es una explosión de luz, pero no hay receptor».
Y casi al ochenta por ciento de la gente que conozco le sucede lo mismo, según veo. Creo que es el vicio de moda de este tiempo y que hay por ahí junto conmigo muchos cerebros destruidos por algo supuestamente inofensivo (cosa que creo que es, pero usado con moderación). Llevo catorce días sin fumar de una manera espontánea y la vida me sonríe. Todo me sale bien, recuerdo mis sueños, me siento en mi centro y tengo mucho más actividad. No paro de hacer cosas y ya no tengo esas hambres caninas. Pregunto también porque no pienso reprimirme y voy a volver a fumarlo comerlo o inhalarlo y espero no volver a quedar pillado.
Gracias.
David
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Hola David.
Describes muy bien tu propio proceso, que desde luego no tiene por qué ser compartido por los demás adictos al cannabis. En tu caso, la asociación de dar unas caladas; empalmar con cuatro porros; perder la voluntad y dejarte dormido; sentir la fuga de energía; comer compulsivamente; volverte un adicto a la pornografía y al sexo fácil; y no recordar tus sueños, es una descripción bastante precisa de algunos de los problemas más grandes que produce el estar bajo la esclavitud del porro durante largos años. Esta situación de pérdida de poder personal te hace “reflexionar y pasarlo muy bien”.
La cita de Ramtha sobre la anestesia cerebral al dolor (especialmente al sufrimiento psíquico, falta de sentido en la vida, soledad, aburrimiento, desesperación, pena emocional y rechazo), termina afirmando que la neurona muere: hay luz pero nadie está allí para integrarla en el cuerpo y en la mente. Dices que cuatro de cada cinco que conoces pasan por lo mismo, y viven con cerebros destruidos, pero que después de dos semanas sin caer en la obsesión compulsiva te encuentras mejor, la vida te sonríe, recuerdas tus sueños, no paras de ser creativo y se ha ido el devorar comida sin ton ni son. Finalmente afirmas que vas a volver a tomarlo y que esperas no caer de nuevo en sus hechizos…
Por mi parte, sabes que he afirmado en algún momento que el cuerpo energético de los socios del porro parece una coliflor, en vez de ser una burbuja. Crea una pantalla de defensa contra su empatía y su sensibilidad ante lo externo, que provoca una cierta frialdad como si el mundo se alejara y sólo lo personal y las elucubraciones en circuito cerrado tuvieran sentido. El porro te aleja de la vida; crea un refugio artificial; se come tus energías; a largo plazo, destroza tu cerebro (diez años a cuatro porros diarios son bastante); y pierdes el carnet de humano, como si todo lo que sucede en el mundo careciera de sentido. Así que a muchos dirigentes de la oscuridad les interesa extender el vicio, porque eso es lo que es, en tanto que no puedes vivir una semana sin fumar: una droga destructiva de la conciencia. Un humano menos que pueda pensar, rebelarse y afrontar la libertad del Ser.
Me preguntas qué es lo que pienso sobre el asunto y vuelvo a afirmar que lo único que tenemos realmente es la conciencia, a eso hemos venido sobre la Tierra: a unificar los contrarios, a dejar de juzgar, a experimentar el amor incondicional, a ir más allá del ruido mental, a despertar la conciencia celular, y finalmente a despertar nuestra divina conciencia crística, la que asume que todo lo que sucede en nuestra vida es sagrado y es para bien y evolución de de nuestra alma inmortal.
Así que no estoy para juzgar bueno o malo. No es eso. Todo está bien, la coca y el caballo incluidos, pero siempre que en el camino puedas librarte de sus garras y sentir de nuevo la libertad a pelo, sin ayudas, como tiene que ser en este tiempo si queremos entrar en la frontera de la quinta dimensión. Mulla Nasrudín decía que la felicidad es fácil: “Te compras unos zapatos dos números menos del que necesitas, andas todo el día sin parar, y luego al llegar a casa y quitártelos, ¡qué felicidad!” Intenta hacer lo mismo y sal de la influencia de cualquier persona o sustancia que aprisione tu alma en una cárcel, aunque sea dorada. Así habrás transformado la oscuridad en luz y serás una guía mucho mejor que la mía, para todos los que estén atravesando por ese pequeño infierno light que conduce al mismo abismo que otros más heavys, a pesar de tener a su favor que es más fácil liberarse de sus garras.
Pero eso siempre que uno esté dispuesto a afrontar las mismas angustias que le llevaron a colgarse del cannabis en sus comienzos, porque si no, volverá a sentir las mismas emociones y retornará a las mismas esclavitudes, por falta de huevos u ovarios.