La cabaña de oscuridad (1 de 3)
Espejo Lunar (18-09-05)
Duermo bien aunque me despierto a menudo, sueño varias veces que quiero estar en silencio y a oscuras y no puedo, o hay una ventana abierta donde se cuela la luz y no puedo cerrarla o esta la cabaña llena de gente (mi familia) y no me dejan sola… así tres o cuatro veces y cada vez que despierto siento alivio al ver la oscuridad y oír el silencio.
Mago Espectral (14-09)
Pido que me venga la información del propósito que traigo a ChrisGaia.
Me veo en la huerta grande a la entrada de la finca, sembrando a voleo, estoy de espaldas, cuando me acerco veo que estoy embarazada. En la siguiente escena estoy en la casa grande, veo el hermoso pino desde la ventana, estoy pariendo un hijo grande, me desgarra al salir, mucha sangre pero no hay dolor, tampoco excesiva alegría, hay mucha paz, su padre le coge nada más nacer. Tengo la sensación de que es un regalo que doy al mundo, no hay expectativas personales, sé que estaremos poco juntos, lo necesario ¿y el padre?
Vuelvo hacia atrás en el tiempo, viajo en avión hacia un país extranjero en el que nunca he estado, es de noche y se ve una ciudad en una montaña pequeña, toda iluminada, tiene una cúpula casi en el centro, en lo alto.
En el avión me acompaña un hombre. Después estoy como en un mercado, voy también con ese amigo y lo veo de frente, lo reconozco en seguida (no hay pasión, el propósito de nuestra unión es engendrar ese hijo, pero siento mucho amor, es una unión con mucha presencia de nuestras almas), lleva un pequeño gorro que le cubre media cabeza, como los sufis y los judíos, que tiene una franja color turquesa. Siento mi collar de turquesas rodeándome el cuello, el también me reconoce. Me pregunto dónde estoy, de qué cultura viene y veo unas letras árabes, pero no sé a cual de las dos preguntas responde (eso me pasa por preguntar demasiado).
La siguiente escena tengo a mi hijo pequeño en brazos y entra en la casa Nahia, mi hija, está alegre, hermosa, quiere estar cerca mío y yo quiero su ayuda, conviviremos de nuevo juntas.
En la siguientes escena tengo a mi hijo enfrente, un hombre grande, joven, sus ojos muestran un ser poderoso y sereno, que rezuma amor por cada uno de sus poros, sé que va a traer mucha paz al mundo del que proviene su padre, y que sabe perfectamente lo que debe de hacer, me da un gran abrazo, hay mucha gratitud y reconocimiento.
No recuerdo haberme parado a pensar sobre todo esto, creo que directamente volví a pedir información sobre Chrisgaia. Y obtuve cuatro escenas:
- En la primera estoy poniéndole limites a Coq, que me esta gritando, yo estoy tranquila pero siento que estoy realizando un gran esfuerzo, al rato nos abrazamos y percibo que por fin me reconoce como una hermana.
- En la segunda estoy con Man, le salen bichos negros de la boca y yo los cojo, los convierto en luz y me los como. Los dos estamos tranquilos y miramos la escena con cierto regocijo y extrañeza, hay mucha inocencia en todo, es como un juego.
- La tercera escena es con Est, está de rodillas delante mío, tiene el cuerpo lleno de heridas y sé que se las ha hecho él mismo, hay una gran culpabilidad. Entonces me veo vertiendo sobre él un gran chorro de agua pura y fresca que se lleva todo.
- En la cuarta veo una mujer muy amorosa con el vientre dormido y sé que viene a recuperar el poder de su vientre. (Me alegré de pensar que va a venir una mujer a la finca, luego me di cuenta que esa mujer soy yo).
Me siento algo insatisfecha de no ver con claridad una misión de servicio para este lugar y pido más. Y solo veo dos escenas; que se me presentan como dos fotos juntas, la huerta y el oratorio, los dos llenos de vida. Descanso un poco y al rato me viene la pregunta sobre un miedo muy viejo que me acompaña a los abusos por parte de hombres.
Inmediatamente …
Estoy en un pabellón oscuro, frío, soy una niña de unos 9 años, mis rasgos son orientales, estoy sentada en el suelo y enfrente de mí, un hombre fuerte y grande, creo que es un militar, fuerza a mi madre, ella está de espaldas, su cara contra la pared, no grita, esta demasiado débil. De repente viene un perro y le muerde en el culo al hombre, él pega un alarido y se va tras él corriendo, mi madre cae al suelo, esta muerta, el trapo que me tapa la boca me impide gritar mi dolor y rabia.
Veo que esta historia se acaba aquí pero que hay otras más esperando a salir, veo que en la que viene ahorita yo soy un agresor, y entonces pienso que es una locura traer al presente todas esas historias de dolor e invito a todos los protagonistas a venir a sanar sin recordar. Y vienen, vienen muchos y también invito a los hombres y mujeres de mi familia que hayan sentido abusos del otro sexo. Y veo a mi madre y a mi abuela (la madre de mi padre) y a su marido.. y vienen más que no reconozco.
Entonces les pido que se miren a los ojos, víctima y agresor y que sientan el perdón que les perfora el pecho. La sonaja empieza a moverse y una melodía llega a mis labios «yo honro ese ser en mí donde el universo mora, yo honro ese ser en ti donde el universo mora, Namaste, Namaste, Namaste…» Mucho llanto pero sigo cantando sin parar, y de repente me viene un alarido tremendo y cuando callo siento que ese hombre grande que tanto he temido se está acercando, tengo miedo pero enseguida percibo que no quiere hacerme daño, me pide permiso para unirse a todos, yo todavía tengo miedo pero le dejo entrar, se arrodilla delante de mí, tiene el sexo y las manos ensangrentadas y siento una pena que me rompe el corazón y las palabras victima/agresor se cruzan y de nuevo empiezo a cantar y todos cantan en su silencio conmigo y lloro y canto y sigo cantando hasta que el llanto se va y entra una paz nueva.
(Entre medias ha venido Est- a traerme la comida, siento que él es también nuestro invitado y pido a los seres de luz que están ayudando que vayan con él).
Entonces mis tripas rugen de hambre, les doy las gracias y les pido permiso para comer. Tengo la impresión de que la despedida fue demasiado rápida y por eso anduvieron rondándome todo el día los recuerdos de la historia. Yo sentí que el trabajo estaba hecho, el mío.
Como, descanso, canto…
en la cama…
Asciendo en vertical cojo altura y vuelo hacia el Moncayo, al poco veo abajo una hoguera y bajo, es de noche. Junto a una pequeña fogata rodeada de piedras hay una niña tumbada boca arriba, esta como muerta, pálida, las manos sobre su plexo, empapada, al instante de mirarla empieza a toser y a echar agua, entiendo que estaba prácticamente ahogada. Un segundo de incertidumbre ¿Quién es? ¿qué hago? Y llegan dos seres de la oscuridad, son sus padres, me miran con temor y cierto agradecimiento y se la llevan. Al momento llega otra pareja, traen un niño de unos 10 años, en los huesos, moribundo, le miro y veo que tiene una culebra que le atraviesa todo el cuerpo, su cola asoma tímidamente por su boca, tiro con energía y la saco entera, negra, tan larga como el pequeño tronco del niño, la parto en 13 pedazos y la echo al fuego, se van. Vienen otros dos padres, todo en silencio, hay temor, dolor vivido para adentro, gentes humildes al borde de la locura de ver como se quiere ir lo que más quieren, todo en silencio, demasiado silencio. Traen a su hijo, no recuerdo si es chico o chica, tiene el ojo derecho deformado, un bulto enorme se lo ciega, me doy cuenta de que es como un nido de arañas, hay que cortarlo, les invito a los padres a agarrar con fuerza a su hijo, le va a doler, le sujetan fuertemente y yo hago una gran abertura como si fuera a cortar el bulto a ras de donde empezaría su ojo, empiezan a salir un montón de arañas negras que caen el fuego, el niño se desmaya, antes grita de dolor, le pongo arcilla y al momento la retiro seca y con ella me llevo todo, su ojo queda limpio. Se van. Entonces veo al final de un camino flanqueado por árboles a un hombre con sotana, es un religioso, con serenidad me doy la vuelta y quedo de rodillas mirando el fuego dando la espalda al camino y al hombre, que llega por detrás y me empuja al fuego, creo que con un golpe en la cabeza, a continuación se mete él al fuego, ardemos juntos, no hay dolor, sólo ese silencio. Me viene el Monasterio de Vernuela, nada más.
Durante todo el día siento como mariposas que aletean en mi frente, bueno, me siento exhausta, estas tres historias me dan vueltas en la cabeza, me vienen imágenes de una que se mezclan con otra, quiero descansar, como he estado tumbada en la última ensoñación me levanto, me siento enfrente de la cama y canto con la sonaja, durante mucho rato.
De repente se llena la cabaña de una presencia muy hermosa siento a varios seres de luz, me preguntan si quiero ver algo… ¡pues si, claro! Me invitan a tumbarme en la cama y cuando estoy tumbada invitan a mi cuerpo ¿astral? (no sé mucho de mis cuerpos) a que se salga del cuerpo y se ponga enfrente a mirar, me entra como la risa de pensar en cómo voy yo a hacer eso, pero bueno, pues pongo toda mi intención y lo hago, Allá estoy, frente a la cama, viendo mi cuerpo tumbado y tres seres luminosos van a hacer algo con él.
Me levantan con suavidad otro de mis cuerpos no materiales, ¿el cuerpo energético? Y dan dos vueltas con él, en la primera cada uno me abraza, en la segunda el primero creo que hace algo en mi plexo solar ¿o en el corazón? El segundo me pone en vertical me toca también por el plexo o el corazón y me sopla en la garganta, parece como si se abriera una puerta. El tercero me pone ¡patas arriba! Y me agita, como si quisiera que cayera todo lo que tengo en los bolsillos, después me pone en vertical saca con su intención una nube negra de mi vientre y sopla, la nube se esfuma. Después me dejan en medio de los tres y empieza una fiesta de color, pintan un huevo multicolor rodeándome, No soy capaz de distinguir franjas o zonas, son como fuegos artificiales (pero sin ruido ¡ja, ja!)
Y ya está, junto todos mis cuerpos con el que yace en la cama y me siento maravillosamente bien, rodeada de un cuerpo luminoso perfecto y acogedor.
Canto durante un rato largo, una voz muy hermosa sale sin esfuerzo.
Duermo mucho, las dos veces que despierto sólo recuerdo agua cristalina cayendo.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-. continuará .-.-.-.-.-.-.-.-.-.