Descontaminar la atmósfera del planeta-Miyo
Descontaminar la atmósfera del planeta
“Del dios padre (Espíritu) al dios hijo (Alma), hay que pasar siempre por la diosa madre que creó los vehículos de limitación y aprendizaje (cuerpo, mente y emociones). Pero cada uno de estos vehículos es sofisticado en su composición y por ello el mismo plano material tiene siete subplanos, tres de materia densa y cuatro de materia sutil. Los tres primeros nos son conocidos y trabajamos con ellos (sólido, líquido y gaseoso), pero poco se sabe en la ciencia académica sobre los otros cuatro (etérico, superetérico, subatómico y atómico) que elevan progresivamente la frecuencia de la materia. Solo recientemente el estado plasmático empieza a ser reconocido por la ciencia y puede que vaya abarcando poco a poco los cuatro estados restantes de la materia etérica. Son los sentidos sutiles con los que trabajamos en la Escuela Chrisgaia (se ve la energía, se huele el alma, ese sienten los cuerpos vibratorios, etc). Por este camino se podrá llegar a contactar por un lado con los devas de la naturaleza, y por otro con los gérmenes, bacterias y virus, etc.
Los flujos de materia etérica se relacionan tanto con la energía de los nadis en acupuntura (miles de meridianos etéricos), como las líneas magnéticas que dirigen las migraciones o que son utilizadas por las naves estelares para sus movimientos a gran velocidad.
Son estos subplanos etéricos los que nos permitirán barrer definitivamente la polución de los océanos y la polución atmosférica de la faz del planeta. Pero los plásticos hemos de retirarlos nosotros.
Descontaminar el planeta no es una ilusión inalcanzable y con ella se acabarán definitivamente las enfermedades y se entenderá por fin que nuestro Cuerpo de Gloria o de Ensueño puede vivir alimentándose únicamente de luz. Y más allá de lo sólido, líquido y gaseoso ¿qué queda? El Fuego purificador del Christos es el elemento prevaleciente en esta época y a través de él podemos disolver los parásitos y las entidades energéticas que se alimentan de nuestra energía, y también esos conjuntos bacteriales y víricos (que son solo partes bloqueadas por los Arcontes de nuestro ADN que se han rebelado contra la vida para que nos hagamos conscientes de ellas). También seremos capaces de convertir el agua en un elixir sanador muy superior a la llamada agua diamantina. Así se vive en dimensiones más altas…”
Miyo