9 de Febrero: Los escalones del ser

Hay muchas confusiones con esto de penetrar en otras dimensiones. Se dice que estamos en una nueva era, que ha llegado el momento de expandir nuestras facultades y sentidos internos, de vivir en una conciencia ampliada, y de compartir un espacio de amor y belleza con el resto de la gente. Todo despierta ante nosotros e incluso el planeta se transforma y se adecua a la nueva frecuencia superior. Claro está que los cambios, cuando los vivimos, aparecen siempre como traumáticos, aunque con el tiempo apreciamos el crecimiento que produjeron a nivel individual y colectivo. La nueva conciencia crística o búdica se manifiesta con la aceptación de que todos los seres humanos formamos la unidad del espíritu. Hemos de reconocer el papel de la humanidad en su camino hacia el dios colectivo.

Y en ese camino hacia el uno tenemos que pasar por varias etapas o dimensiones, cada una de las cuales corresponde a un estado diferente de conciencia. Son los escalones que el ser estableció para retornar a la fuente, y todos ellos vibran en el eterno presente, diferenciándose únicamente por su frecuencia vibratoria o su longitud de onda. Son siete niveles o dimensiones que están integrados en la octava musical en la que vibra la tierra en estos momentos, aunque hay muchos otros planos en octavas superiores. Elevarse a una dimensión más alta es expandir la conciencia hasta el punto de poder añadir otro vector más en las tres dimensiones que conocemos, más el tiempo, y eso nos resulta muy difícil siquiera de concebir, porque nuestro cerebro está habituado a ver las cosas de cierta manera determinada. No se trata de meter un nuevo programa en el ordenador, sino de cambiar radicalmente el sistema operativo mismo. Es otra manera de ver las cosas que, por ejemplo, equipara la quinta dimensión al mundo de los sueños, de los arquetipos y de la imaginación.

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