9 de Agosto: El joven debe alejarse de su madre
En nombre del amor toda madre destruye a su hijo cuando le presiona para seguir a su lado después de una cierta edad, e incluso cuando simplemente se lo permite en nombre de las dificultades materiales y de las responsabilidades estudiantiles o profesionales. Para los amerindios el niño se convertía en adulto entre los trece y los quince años después de ciertas iniciaciones y desde ese momento en muchos de los pueblos indígenas dejaba de ver o hablar con su madre durante tres años enteros. Hoy en día la edad se ha ampliado, pero sigue siendo muy peligroso para el carácter masculino seguir en relación de dependencia-lucha con la madre después de los veinte años. Luego es imposible manifestar una firme voluntad o definir nuestro propósito en la vida, no hay manera de que tengamos un centro poderoso de serenidad en el vientre, y menos aún que la energía masculina sea controlada dignamente (en vez de perderse a cada pequeña escaramuza amorosa en solitario o en pareja).
Por otro lado la madre en los primeros años de la vida es crucial que comunique con su hijo, que lo lleve cerca de su pecho o espalda, y que establezca un lazo sentimental fuerte con él. Quizás sea uno de los puntos más importantes para la paz sobre la Tierra. En ese tiempo se liberan las ansias materialistas, se establece el sentimiento profundo, y se desarrolla el centro del ser que se siente amado sin condiciones. Tenemos necesidad de niños sanos y equilibrados para que la humanidad pueda manifestar su propósito de paz, de prosperidad y de belleza sobre la Tierra. No más chicos marginados, violentos, familias con malos tratos, obsesiones y miedos que se proyectan sobre los hijos, etc.
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