5 de Diciembre: Un amanecer rosado
Se trata de reconocer las tres llamas de la vida dentro del corazón, no necesariamente de manera visual, sino como sensaciones y conciencia de la divina trinidad. Está la llama azul de la voluntad divina, del poder y la autoridad del espíritu padre; la llama rosa del amor divino y del respeto por toda vida del espíritu madre; y la llama amarilla de la sabiduría divina, de la iluminación y el sol de la presencia crística en los corazones. Y cada uno hemos de encontrar en nuestro interior la fuerza para invocar el perfecto equilibrio de esas tres energías que mueven al mundo: amor, sabiduría y poder.
La sobriedad y la sonrisa del guerrero se manifiestan cuando somos capaces de pensar antes de actuar, e incluso de invocar la sabiduría interna para tener un pensamiento claro. No inmutarnos cuando se nos quita la palabra, se nos empuja, se nos contradice o pone en duda, porque el poder del amor nos alimenta por dentro. Traducir siempre las actitudes de los demás de manera positiva, aunque las apariencias y la experiencia digan lo contrario, concediendo a cada cual el poder del reconocimiento para que pueda manejar conscientemente su propia vida. Ver un signo del espíritu en todo lo que se cruza en nuestro camino (sin perder el significado posible ni la conciencia crítica), y manifestar la poco común sabiduría de morar en la paz interna.
Si te sientes víctima de las circunstancias que te rodean, en el trabajo o la salud, en la familia o en tu nivel de estudios, en el amor o en la amistad, es que aún no has sido capaz de reunificar tu energía y asumir que todo lo que sucede en tu vida es creado por tus pensamientos y actitudes emocionales. ¿Te quieres a ti mismo y te valoras tal y como eres? ¿Te sientes querido por los demás? ¿Cuánto te importan sus opiniones? ¿Te machacas y te lamentas de la manera en que te comportas? ¿Disfrutas de la vida? Más bien parece que todavía crees en el destino, en la suerte (buena o mala) e incluso en que las cosas sólo se alcanzan con un enorme esfuerzo de voluntad y mucho sacrificio. Tienes que ser el maestro de tu mente en la vida diaria, y neutralizar cualquier pensamiento de limitación que pase por tu cabeza. Si es de temor a la enfermedad, formula inmediatamente la perfección de este cuerpo. Si es de pobreza o preocupación material, agradece y formula la abundancia en tu vida. Si es de incapacidad para encontrar una pareja, afirma el amor de la diosa en cada momento.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.