4 de Abril: Tu mente es el camino, no tu cuerpo
Tememos volver al estado de unión porque, aquí en lo profundo, seguimos considerando que abandonamos el cielo al no cumplir las normas religiosas, y que si volvemos seremos rechazados. Por otro lado sabemos que el amor es dios y no hay manera de alejarse de su presencia. El espíritu no puede enfadarse con nosotros o sería él quien necesitaría terapia.
En realidad somos espíritu y no un alma encerrada en la dualidad del cuerpo, sometida a las contingencias del destino. El ego nos esconde la realidad más importante, que existe un interruptor capaz de poner luz en toda nuestra realidad, iluminando los lugares oscuros y dejando todos los escondrijos, negros como la noche sin luna, a la vista. Este amor incondicional pasa a través del perdón total y acaba con el ego y sus manipulaciones baratas.
Nosotros nos engañamos sin rubor al afirmar que somos la personalidad, los deseos, las creencias de la mente superficial. Y por eso no soportamos el engaño que llega de fuera. No tenemos existencia real en el mundo que reflejan los periódicos, simplemente existimos en el mundo del espíritu y somos uno con lo divino.
Hemos aprendido mucho y ahora se nos dice que el camino es desaprender. Podemos conquistar grandes capacidades mentales y físicas, técnicas psicológicas o dones como la escritura o la palabra, y sin duda el espíritu utilizará estas conquistas al servicio del ser. La personalidad usa todo esto para distanciarse de los demás y para que sigamos creyendo que somos este cuerpo, pero el espíritu lo utiliza al servicio de la sanación individual y de la evolución de la conciencia colectiva. No tanto mejorar como persona, sino irradiar amor, servir al espíritu, dejar de creer que somos este cuerpo y asumir el alma inmortal que yosoy.
La verdadera libertad es ajena al mundo físico y a las conquistas materiales (propiedades, comodidades, coches, vestido, trabajo…) y está enlazada con la libertad de la mente dentro del silencio interior, con la conquista del contacto directo con el espíritu.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.