3 de Julio: La cola del dragón
Reflexionaba esta mañana sobre las danzas concheras del pasado domingo en Estella en el entorno del Foro Espiritual y posteriormente la meditación que hicimos alrededor del altar central, en el que inmediatamente después se hizo la ceremonia de despedida y cierre (o apertura de las conclusiones del Foro hacia el mundo). Tuve mucho tiempo porque después de cuatro intentos decidí con Laksmi acudir a la comisaría de Parla a las siete de la mañana a ver si por fin lográbamos sacarle el pasaporte a Solunai, que quiere irse con su hermana a los parises de Disney. Cada día, estamos en verano, un sinfín de gentes inmigrantes y de todo tipo quiere renovar su pasaporte o carnet y suelen repartir unos cuarenta números, que es una cifra que deja a la mitad de la gente fuera (¡a las nueve de la mañana!), sin contar con todos los que se acercan hasta las dos del mediodía. Bien, pues esta vez, rozábamos el número cuarenta, y cuando reparten los números sólo dieron diez. Podéis imaginar el abucheo general…
Como os decía, centrado en las danzas y en algunos temas que habíamos tratado con el grupo y las palabras de Navarra. Al llegar a casa me encuentro en un mensaje con la historia biográfica de la vida del Tata don Ernesto Ortiz, de la Mesa del santo Niño de Atocha, y en uno de los párrafos encuentro el sempiterno y extraordinario poema del emperador poeta Nezahualcoyotl:
«¿Qué podrá hacer mi corazón?
¿En vano hemos llegado, hemos brotado en la Tierra?
Lo mismo que las flores fenecen,
¿Nada quedará de mi nombre, nada de mi fama, aquí en la Tierra?
¡Al menos flores, al menos cantos!
¿En vano hemos llegado, hemos brotado en la Tierra?
¡Gocemos, oh amigos! ¡Que haya abrazos aquí!
Ahora caminamos sobre la Tierra florida.
Nadie pondrá fin aquí a las flores y a los cantos.
Ellos perdurarán para siempre en la Casa del Dador de la Vida.»
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
«Sólo dejaremos Flores y Cantos de esperanza…» (Nezahualcoyotl)
La Alianza
El Arca de la Alianza
estuvo por siempre abierta
expresándole a los hombres y mujeres
en una espera sin nombre
desde hace eones de tiempo,
una eternidad apenas,
para que sus oidos oigan,
para que sus ojos vean,
para que sus manos toquen
y su paladar lo sienta.
El jugo Divino está presto
no lo hueles? no lo anhelas?
Es una espiral luminosa,
es un toque de caracola,
un glorioso Despertar
un Canto para que Asciendas
los siete días del año
para que seas uno con el que crea,
para que siembres cosechas,
para que escuches el diálogo
que a todas horas te acecha
para pillarte Despierto
y darte gratas sorpresas
en definitiva, que aprendas
a desvelar los secretos,
velados y juguetones
a ver cuánto empeño pones
en volver a sonreir,
en abrazar tu pasado,
tu presencia, tu porvenir
que a ver si tomando tierra,
dando gracias a la Madre
te encuentras de nuevo al Padre
y en el camino de vuelta
como linda paradoja,
sin pretenderlo recojas
ángeles caídos en tu ascenso
descendiendo hasta tu gloria.
Saluda a tus dragoncitos
y aliméntalos de tu luz
para que con siete Rayos
emanando de sus bocas
iluminando tu mundo
desplieguen sus alas blancas
de rubíes y zafiros.
Y ofrece sagrada alquimia
de rodillas ante el altar,
al haber abierto el cofre
en adecuada actitud
encontrarás tu tesoro
y aprenderás a esperar
alcanzando con paciencia
un Amor de hilos dorados
un hogar, un descifrar,
un nuevo lenguaje eterno
individuo-universal.
(Extraido de mis: Poesías Peregrinas, 2003)
Abrazo al círculo de la danza…
en mi corazón.
Que bonito poema