29? de Febrero: Los maestros perdidos
Muchos buscadores están atascados en la puerta de entrada del plano espiritual, están rebotando sobre el hecho de que, aunque saben mucho, dejan a un lado sus propias intuiciones y están evitando manifestar lo que verdaderamente son. Es como si sufrieran de una falta de entusiasmo, como si su propia sensibilidad espiritual no les permitiera entregarse en cuerpo y alma a la experiencia de lo real, que intelectualmente conocen de sobra. Están aún viviendo una doble vida (este es el significado de o conmigo o contra mí, están creyendo que como ayer pueden sumergirse de manera ordinaria en el tonal, después de haber conocido los brillos del nagual). La visión se oscurece, proyectamos responsabilidades sobre los demás, defendemos patrones antiguos de la vieja energía. Es curioso pero esta misma gente pasa por momentos de gran lucidez, en que lo ve todo claro, y luego vuelve a entregarse a la chingada, como si el inconsciente cayera resignadamente en la dejación de su conocimiento, olvidando su sueño y perdiendo su poder de decisión.
Es como si algunos guías que han caminado valientemente durante los veinte últimos años cayeran ahora en un pozo de sombras confusas y se refugiaran en una realidad paralela. No se trata de juzgar sus acciones ni de temer que si a ellos les pasa a nosotros todavía más, sino de ser conscientes de un hecho actual. Sin embargo no es una gripe transitoria, sino que se convierte en una enfermedad peligrosa que rechaza todo lo verdadero y golpea contra las personas más sinceras y auténticas. Se han convertido en una luna y no pueden llegar nunca al planeta, giran y giran alrededor sin poder volver atrás y sin llegar jamás a su meta. Y esto está pasando a gente muy válida y necesaria, a las que apreciamos mucho y que han sido hasta el momento magníficos guerreros y guerreras. La única ayuda posible es insistir en los intentos cotidianos para retornar al hogar y activar el cuerpo luminoso con mucha energía. Después seguir trabajando a la espera de los momentos colectivos del paso de dimensión, que será cuando estas gentes atraviesen definitivamente la barrera sin puerta.
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