27 de Enero: Destruir para construir

En la india se dice que brahma no puede existir si antes no actúa el poder de shiva. Que la destrucción de kali precede a todo nuevo renacimiento. Morir y renacer parece la gran ley que ha prevalecido hasta el momento. Sin muerte no ha existido nueva vida, sin destrucción nada nuevo ha sido jamás construido. Es la muerte de nuestra imagen aparente, de lo que hemos llegado a ser por fuera, de la falsedad que reflejamos y que debe acabar, para ser de verdad nosotros mismos. Basta de blanduras y auto satisfacción, de comodidades y puestos vitalicios, cada una de estas situaciones pone en peligro el camino del alma.

Antes o después llegamos a la desesperanza, donde ya no podemos seguir más tiempo anclados, y estamos cansados de sufrimientos y de soledad. Y entonces dejamos de desear, de exigir cosas a la vida y comenzamos a mirar por la ventana hacia lo desconocido. No se trata de un fugaz momento de conciencia, sino de procesos acumulativos que cavan cada vez más profundo su propio agujero hacia el misterio inexplicable. Fuerza, calma en el corazón, y especialmente una confianza inquebrantable en el espíritu y en la diosa. Así nuestra naturaleza sutil va despertando y el camino se hace paso a paso, sin programas preconcebidos ni discursos mentales.

Un sinfín de almas estelares están encarnadas en estos tiempos sobre la tierra y no somos capaces de distinguirlos entre tanta gente porque no difieren prácticamente de nosotros. Todas las razas conocidas llegaron aquí a través de algunos planetas del sistema solar. Jupiter para la raza negra, marte para la amarilla, mercurio y saturno para los indígenas americanos y otros. Las razas aceitunadas de la india vienen también de mercurio, aunque algunos tienen relación con las pléyades y sirio. La raza blanca caucasiana viene de venus.

E incluso hay que recordar a las viejas razas violeta y azul que eran muy espirituales y dieron base para la recuperación de la vida humana, cuando la densidad de la conciencia nos hizo penetrar en eras oscuras. Estos seres más evolucionados con la piel azul y varios brazos, como expresión de sus diferentes poderes, llegaron de sirio, como shiva, kali, vishnú, agni, y todos los dioses védicos.

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