24 de Septiembre: Proyección mental y calma interior
Se trata de crear un camino para alcanzar voluntariamente en un estado profundo de conciencia, que corresponda al estado yóguico de meditación o al chamánico de ensoñación. Penetrar en esas frecuencias theta de la conciencia que hacen posible experimentar los sentidos sutiles, atravesar la materia, hacer una consulta psíquica, hablar con un fallecido o pedir consejo a un maestro de la antigüedad. Este es uno de los puntos básicos de la Escuela Chrisgaia, especialmente cuando ya se han disuelto los miedos y asumimos nuestro propio poder personal. Primero hay que conseguirlo en estado de relajación profunda, luego sentados en postura de meditación, y finalmente en posición erguida ante cualquier situación de la vida diaria.
Sigue siendo siempre más aconsejable un desdoblamiento de conciencia (viaje en el plano mental y causal) que un juego de salida fuera del cuerpo, que exige la insensibilidad corporal y su acomodo boca arriba en una postura cómoda y protegida. Entrar en la materia-vida de los diferentes reinos: mineral, vegetal, animal y humano. Hacer viajes a lugares de poder y a sitios desconocidos, sintiéndose allí y observando realidades alternativas que luego se pueden cotejar con nuestro ambiente cotidiano. Conectar con seres vivos o ya desaparecidos, conocidos o desconocidos, ordinarios o de elevada conciencia…
Cuando comenzamos un trabajo podemos estar despiertos, atentos, con la conciencia agudizada y un enorme interés, irradiando fuerza y curiosidad por todo. Pero también es posible que la mente se encuentre un poco grisácea, sin poder concentrarse, con lo cual es mejor comenzar observando nuestros pensamientos, sensaciones y sentimientos. En el caso de que las distracciones sean intensas, a pesar de que hay energía disponible, es mejor comenzar por algo físico: yoga, vibraciones, danza o taichí, antes de meditar. Si realmente estamos vagos y cansados, sin fuerza y un tanto estresados, aunque manteniendo bien la atención, pues unos pranayamas seguidos de una meditación silenciosa en el vientre. Y si todo parece estar de cabeza, sin fuerzas ni ganas, con un millón de pensamientos pululando, lo mejor es salir a correr, hacer un poco de footing o caminar por la naturaleza. Si estás enfermo lo mejor es una cataplasma de agua fresca en la tripa y relajarse boca arriba. La respiración ha de liberarse de tantas crispaciones, la relajación consciente tiene que permitirnos aprender a gozar de la vida, y la creatividad ha de ser un camino eficaz para expresar las emociones retenidas.
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Gracias…
NAMASTE