24 de Marzo: El despertar del fuego
A lo largo de mi vida he sentido repetidas veces manifestaciones del despertar del fuego de la diosa kundali en mi interior. A veces simplemente como un sofocón enorme con un estallido de fuego en el pecho, garganta o cabeza. O como una sensación eléctrica de salida del cuerpo por la fontanela, entrando en otros mundos. Incluso sintiendo una elevación corporal al margen de la ley de la gravedad. También un temblor o un intenso calor en el perineo, que luego va ascendiendo poco a poco, produciendo una intensa presión en la cabeza hasta que todo parece iluminarse a mi alrededor, al nivel del cuerpo luminoso. Entremedio se producen a lo largo de los años intensos cambios energéticos, psíquicos, comprensiones, viajes internos, ensoñaciones conscientes, canalizaciones y contactos telepáticos, movimiento de objetos, y hasta como ya he señalado experiencias leves de levitación.
Increíblemente esta misma sensación puede ser percibida en la naturaleza, con los devas de los bosques o de los árboles centenarios, en una cueva o en una cascada con las ninfas del agua. Lo mismo con las mascotas y los grandes mamíferos, como las vacas, los caballos, los elefantes, etc. Todos están despertando a la nueva energías y todos a su manera se están iluminando y asumiendo una sabiduría más profunda, que corresponde a la quinta dimensión y que sale fuera de los límites opresivos de la tercera y la cuarta. Los ciclos han cambiado y las tortugas ya no hibernan como antaño, los árboles viven ciclos muchos más amplios, las cigüeñas no emigran, los capullos de las plantas han estado floreciendo a lo largo de todo el invierno y han resistido como nunca las heladas. Como si cada vez hubiera más energía disponible para todos y todos los seres de la tierra entera estuvieran inmersos en el proceso de ascensión planetaria.
Todo está acelerado y los viejos traumas infantiles afloran sin remedio para liberarse de una vez, hasta que termine el proceso de ascensión personal. Aparecen extrañas enfermedades y nuestro cuerpo no siempre responde con flexibilidad, entrando a veces en procesos graves y en eliminaciones descontroladas que nos ponen al borde del abismo.
Es el momento de invocar la presencia, de activar el cuerpo luminoso y de formular la perfección del cuerpo. Es el momento de testar cómo nos alimentamos y qué prácticas realizamos para recuperar la armonía perdida. Hay quien se siente sin fuerzas, agotado, como si la velocidad reinante nos llevara a un cierto shock de acomodación, y por todos los lugares las gentes se sienten vulnerables al cambio. Muere gente cercana, sufrimos separaciones de pareja, en algunos casos el trabajo no funciona, los amigos de siempre se alejan sin remedio, e incluso la familia entra en procesos ajenos a nuestras necesidades y dejamos de verlos. A menudo es un tiempo de introversión y de soledad.
Pero después de unos años todo vuelve a recomenzar desde otra perspectiva, y ya no perdemos el centro de decisión interno que nos hace caminar como verdaderos artistas creadores, por los cuatro rumbos del planeta.
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Queridos amigos y querido Miyito:
«los viejos traumas infantiles afloran sin remedio, una vez más para que esta vez quizás les demos carpetazo…»
Estoy de acuerdo…todo nos golpea velozmente. A veces el golpe es tan seco que uno es absorbido por el la fuerza del impacto perdiendo la capacidad de «autoobservarse» que tanto bien nos hace al alma…
pero de algún modo, las intuiciones de luz se van haciendo más claras, y los fantasmas que rugen…de repente no te asustan como antaño y te sientas junto a ellos, a su lado, y te das cuenta que sólo lloran…
No quiero ir a las mismas puertas porque todas conducen a los mismos caminos…Hay que cruzar el sendero, quizás en el otro lado del río…puedo hablar conmigo misma. Mi otra yo…y cantarle una naná…¡pero para que despierte no para que siga dormida…!
Así se acunan las almas…y están toman fuerzas para seguir su destino.
Saluditos…