2020: Un nuevo ensayo de ascensión planetaria (segunda parte). Miyo Fiel.
2020: Un nuevo ensayo de ascensión planetaria
(segunda parte)
2- El fuego del halo que rodea a Shiva Nataraja
(nuestros genes, el cuerpo luminoso y el millenium de paz)
Nuestra genética es una mezcla de distintas razas estelares de la Federación Galáctica que crearon un nuevo prototipo humano en la estrella Vega de la constelación de Lyra hace unos 8 millones de años, tomando como base al Neardhental y al Cromagnon que por aquel entonces convivían juntos en muchos lugares de la Tierra (y que solo hace unos pocos años se ha aceptado científicamente). Por eso portamos la herencia de un buen puñado de sistemas solares como las Pléyades, Artcturus, Aldebarán, Sirio, Lyra, e incluso la galaxia Andrómeda que se entrelaza actualmente con la Vía láctea, y fueron miles de años los que cada una de estas razas participó en la preparación del Jardín terrestre, creando civilizaciones diversas y mezclando sus genes con los nuestros. No es extraño que haya en la humanidad tanta diversidad en formas, matices, colores, alturas…
Estos mismos genes divinos fueron manipulados más tarde por ingenieros geneticistas (llamados ‘annunakis’) para dar origen a una especie de ser subordinado (el ‘lulu’, obediente y devoto) que fuera capaz de llevar a cabo las labores sucias que su gente rechazada y supiera satisfacer sus necesidades trabajando en las minas de oro (para neutralizar la radiación nuclear de su atmósfera), la recogida de algas y todo tipo de trabajos serviles. Fueron también los pueblos estelares antes citados quienes importaron a la superficie, y al interior de la Tierra, el adn de un sin fin de plantas y animales de una infinidad de mundos. Reitero que la intratierra existe y en ella habitan seres descendientes de los supervivientes de Lemuria y la Atlántida, con un alto nivel de conciencia, muy superior al de la superficie del planeta (5ªD superior y 6ªD) y un buen número de animales de grandes dimensiones, más grandes que los conocidos sobre la superficie. Les acompañan jerarquías angélicas y maestros ascendidos de todos los tiempos y lugares. Estamos esperando que los signos y las profecías se cumplan para poder unificar nuestra conciencia con la de estos amorosos hermanos intraterrenos, que junto a los cetáceos, han mantenido viva en nuestro planeta la elevada frecuencia de la 5ªD.
¿Que otra cosa es la ascensión sino la armonización colectiva de tu frecuencia con las altas vibraciones del Espíritu que Yo Soy? Se trata de que seas capaz de aspirar a la armonía, la justicia, la paz, el pensamiento global, y que te abras al amor y al servicio a los demás. En la otra esquina, a nivel científico, la resonancia Schumann ha superado todos los límites comprensibles en menos de treinta años, y es ella la que establece el acortamiento del tiempo (o su continua aceleración, como si en el transcurso del día cada hora se hubiera reducido psicológicamente a unos cuarenta minutos, es decir unas ocho horas menos por jornada) así como el alto nivel de frecuencia en el que ahora vibramos, en consonancia con el aura que rodea a la madre Gaia. Una energía de dimensiones superiores que ahora puedes respirar y absorber a través de la atmósfera solar.
De aquí que el Sol sea como un atajo, y tienes que mirarlo de frente, beber su luz, respirarla y ensoñar con el corazón de Helios. Con él tiene que ver este último retraso de varios años en los procesos de ascensión individual y colectiva (del 2017 al 2020), a lo largo de los cuales se ha reparado tu cuerpo de eternidad, solar o angélico, almacenado por milenios en la atmósfera de nuestra estrella. Entre la triste condición ‘agujereada y apolillada’ de los cuerpos luminosos de buena parte de la humanidad (sin utilizar por siglos, por desconocimiento del ensueño, de la meditación, del fuego de la diosa, etc) y la enorme cantidad de gente des-almada a la que se le ha tenido que suministrar un alma para jugar en igualdad de condiciones el proceso de ascensión, se nos han pasado dos intensos años de preparativos, de ampliación de la conciencia, y de desequilibrio ambiental. Las imágenes de la Guadalupana mexicana o del Shiva Nataraja hindú nos muestran el halo de energía del Cuerpo de Gloria o Eternidad alrededor de la primera, y una expresión de la ‘carro de fuego’ dorado de la merkabah, más amplia, rodeando al segundo. Ambos son parte del trabajo pendiente que tienes que hacer en tu sadhana o práctica diaria. Todo empieza en los Tres Fuegos (sacro, omoplatos y fontanela), continúa con la envoltura luminosa que te rodea a menos de un palmo de la piel, y termina con la burbuja ardiente que gira a gran velocidad a un brazo de distancia, y que es un verdadero Sol de fuego ígneo que emite en la frecuencia del amor impersonal. Este es el sentido de la bomba nuclear en la que hemos de convertirnos, una implosión íntima de conciencia divina, y no una explosión sacrílega de la materia externa. Es la verdadera ofrenda del corazón, no el corazón de otros ofrendado a los viejos dioses, sino tu corazón ofrendado en el fuego del Espíritu.
Y mes a mes ese contacto con el Sol se ha vuelto mucho más sencillo, natural podríamos decir. Y sabiendo que la luz se acumula en el pensamiento, podremos entender fácilmente el cambio revolucionario de conciencia que se está dando en todas direcciones, en lo relativo a las ideas caducas del tonal de los tiempos que rige en el planeta. En las dimensiones más altas no existe el tiempo, todo sucede instantáneamente, solo hay que focalizar el pensamiento, cargarlo de sentimiento y lanzarlo al mundo con la energía disponible en nuestro cuerpo luminoso. Y sucede sin más, cada vez más rápido porque están desapareciendo los filtros de rsistencia. Por eso es esencial saber lo que pensamos y queremos cocrear, porque ese es el verdadero futuro. Todo lo que sucede y todo cuando existe es manifestación de la Fuente del Creador, sea en las personas, los animales, las plantas, los planetas, los universos…Y según nos acercamos a la 5ªD la civilización humana irá transformándose por las demandas de la calle, y evolucionará hacia la conciencia de unidad, el respeto a la Tierra y el servicio amoroso al prójimo. Pero esto no se logrará sin un cierto nivel de caos, ya que en este proceso se quemará todo lo que ya no está en línea con la nueva realidad ascendida.
Y lo vemos cada día en la reciente ola de revueltas, protestas y reivindicaciones en las cuatro esquinas del planeta. Por momentos vemos despertar más y más conciencias y ha llegado la hora de trabajar de forma colectiva en grupos que consigan elevar la frecuencia espiritual de la civilización. Nacerán miles de proyectos humanitarios para sanar de manera sencilla y eficaz a las personas, limpiar los cuatro elementos polucionados del planeta, y vivir con conciencia elevada en un mundo de prosperidad, paz y alegría. Este es el objetivo de tantas almas que han llegado al planeta en estos tres últimos decenios. Es lo que llamé en su día la Tercera Ola de ascensión (de la primera ya quedamos pocos, la segunda ha sido la de los especialistas que han alcanzado ya la mediana edad y es a esta tercera a la que corresponde la ascensión de la Tierra y que está compuesta por gentes que no superan los treinta o treinta y cinco años). Los Mundos Elementales (grandes árboles, pueblos élficos y dragones de fuego), los Maestros Ascendidos y la Jerarquía Angélica están ayudando a este cambio de conciencia. Es la Nueva Tierra, la Edad dorada en que el contacto directo con el Espíritu vuelve a renovarse, aunque solo llegará cuando cientos de millones de almas comiencen a manifestar de forma colectiva esta elevación de la conciencia.
Es entonces cuando dará comienzo el profetizado Millenium de paz, una vez que el gran resplandor solar cierre el ciclo del despertar, con la ayuda de los Melquisedecs y Maestros ascendidos que asisten a la Tierra (e incluso seres de dimensiones más altas), así como Isis/María y sus Estrellas. También los Arcángeles y el Consejo de Ángeles. Sin olvidar a todas las Naciones Estelares implicadas en la ascensión de la humanidad y del planeta, del que un día como raza formaron parte. Naves que pueden desplazarse en instantes desde su origen para situarse alrededor de la Tierra o seres que ya están con nosotros en una frecuencia más alta e invisible a nuestros ojos y a nuestra tecnología. Por tanto es esencial superar un viejo trauma, hemos de acabar con la creencia que nos inculcaron desde niños de que no tenemos poder o de que carecemos de ayuda desde los mundos invisibles. Lo que piensas, dices y haces es importante, tu pensamiento cuenta. Eso es lo que viniste a hacer, cocrear el nuevo mundo. Todos los seres antes citados que habitan los planos invisibles, y hasta el Espíritu Padre/Madre, nos acompañan en esa tarea de creación grupal.
NOTA: Entre todos los maestros ascendidos de todas las épocas es necesario señalar a la familia de los Melquisedec que, junto a buena parte de las doce Estrellas de Isis o María, llegaron a la Tierra por propia voluntad para ayudar en el proceso de ascensión planetaria. Son seres de elevada frecuencia que han realizado un enorme esfuerzo para llegar a esta dimensión desde sus lejanos hogares en las dimensiones elevadas de la conciencia. Son como los catalizadores de una reacción en cadena, inspiran a la humanidad y la guían para que salga de la indolencia y letargo en que está sumergida. Están fuera de nuestros conceptos del éxito y la fama y no juegan un papel personal ni están interesados en salir en los medios. Actualmente son 24 los ancianos sabios pertenecientes a la familia de los Melquisedec que habitan en los planos invisibles de la parte superior de la 5ªD, y doce de ellos son los que tienen actualmente vibhutis o emanaciones encarnadas en la Tierra en las cuatro direcciones del planeta (lo mismo que siete de las doce Estrellas de María). Cada una de estas doce emanaciones ha creado un linaje de sucesión, y su herencia conectará con aproximadamente mil seguidores que estarán en la cabeza del cambio planetario que viene, después de atravesar la etapa caótica que ahora experimentamos y saltar al otro lado de la barrera de la matrix.
Miyo.
12 de diciembre de 2019
Día de la Madre Guadalupe Tonantzin.