Miyo-1987
“La materia del cuerpo, y no sólo el alma, es luz pura
y hemos de devolverla a su origen,
sutilizándola a través de la conciencia y abriéndola
para que el Espíritu descienda al corazón de cada célula”
(Miyo 1987)
“La materia del cuerpo, y no sólo el alma, es luz pura
y hemos de devolverla a su origen,
sutilizándola a través de la conciencia y abriéndola
para que el Espíritu descienda al corazón de cada célula”
(Miyo 1987)