Mensajes desde Liuramae #3 – El secreto de la sexualidad


Reflexiones de la Escuela Chrisgaia


Un cariñoso saludo y el deseo de que la Diosa guíe cada uno de vuestros pasos.

 

Las viejas tradiciones van disolviéndose en nuestras manos mientras entramos en la nueva energía, que encarna progresivamente en la Tierra a partir de la frontera del 2013, que estamos atravesando. Hoy los caminos espirituales disponibles reducen los esfuerzos necesarios y se encaminan directamente a lo esencial, más allá de proyecciones y dependencias personales y de pertenencias a una u otra iglesia de trabajo interior. Ampliando lo que os dije en la primera carta, voy a señalar los cuatro caminos que más resaltan en nuestro particular horizonte:

1-    Entrar en el Silencio mental (Testigo) e invocar el descenso de la energía dorada del Espíritu a través de la fontanela y pasando por el centro de la Conciencia crística que está detrás del pecho, entre los omóplatos, hasta llegar al mental celular (con el despertar del fuergo de la diosa Kundali en el sacro).

2-    Reunificar todos los yoes que Yo Soy, hasta poder abrazar en un tiempo simultáneo todas las llamadas encarnaciones sucesivas, sabiendo que somos responsables de su ascensión y que juntos podemos unirnos al ser de 4ª/5ªD que ha estado en el origen de nuestra vida sobre la Tierra (y que a su vez es una emanación de un Yo Soy que corresponde a planos más elevados).

3-    Utilizar la sexualidad como modulador de frecuencias para la transmisión sin palabras de los poderes internos y la sabiduría acumulada. Mirarse a los ojos, alcanzar la frecuencia más elevada posible y mantener la mente focalizada sin distracción, permite liberar los bloqueos genéticos que nos fueron impuestos de manera deliberada por los llamados annunakis.

4-    Entrar en el ensueño consciente, atravesar la grieta entre los mundos para pasar de dimensión, y abrazar al Otro Yo, el ser que soy en quinta dimensión.

Así los caminos de los meditadores (la unión del Espíritu con la materia será capaz de inmortalizar el cuerpo físico), de los ensoñadores (unir soñador y soñado e invertir sus papeles), de los recapituladores (ir hasta la etapa fetal y saltar a las vidas anteriores o alcanzar el plano de 4ªD de descanso entre vidas) y de los tantrikas (el amor sagrado y la sexualidad mágica son las vías más rápidas para activar el adn y liberar los implantes inscritos en él), se han convertido en algo mucho más asequible que los largos milenios en que la oscuridad dominó el plano astral (hasta comienzos del nuevo milenio). Sin olvidar otros caminos como el contacto chamánico con los devas y la mente planetaria de nuestra madre Tierra; o la activación del cuerpo luminoso Merkabah (que es el verdadero cuerpo de energías de nuestro Yo Soy (Shiva/Shakti) girando y vibrando a gran velocidad, como a un metro de nuestra piel); el papel del Intento como camino más directo hacia la nueva realidad, etc.

Entre todos ellos esta tercera carta va dirigida al tema de la unión amorosa.

 

En el amor sagrado cuando los amantes son capaces de recibir y transmitir las altas frecuencias de la unión (en solitario o en rituales como el chakrapuja, la adoración del círculo o la rueda del amor), todos los sistemas hormonales del cuerpo se ponen en acción, produciendo secreciones que elevan las frecuencias de la pareja, permiten la fusión de corazones y en última instancia atraen niños o almas poderosas que vibran en esa misma frecuencia que se emite. Nuestra situación actual es que casi todos los trabajadores de la conciencia tenemos genes estelares (e incluso formamos parte de esa biblioteca genética viviente de la Federación Galáctica de Luz que era el neardhental, un ser arborícola y telépata que hoy se acepta que convivió incluso con el sapiens). Anotar que más allá de las Pléyades hay quien considera a Enlil como el representante de los Lyranos (no querían que el ser humano conociera la dualidad del bien y el mal) y a Enki de los sirianos (que consideraban que sin la dualidad los humanos nunca progresarían espiritualmente). Y ciertamente algunos de estos genes (que se introdujeron lateralmente en el genoma del neardhental) fueron bloqueados o desconectados a propósito y no funcionan, porque lo que trataban de crear era un ser humano obediente, dócil y devoto de sus nuevos dioses, un buen trabajador para las minas de oro de Sudáfrica.

Hoy no nos es posible actuar directamente sobre esta estructura genética, pero si podemos utilizar algunos secretos como los del amor mágico para despertar los genes divinos y facilitar su evolución potencial a través de las secreciones hormonales. Por si fuera poco hay que añadir la presencia del Cinturón de fotones de Alcyone que ha elevado mucho la frecuencia de la atmósfera terrestre, y el hecho de que Enki y los suyos dejaron un código latente en nuestra sangre, que se activa con la aceleración espiritual de la civilización hacia la autoconciencia y la cuarta dimensión. En ese momento que ya está aquí, la humanidad pasa de la visión limitada de los sentidos externos al contacto expansivo y la visión sutil del Espíritu o Todo lo que Existe.

Focalizar el pensamiento conscientemente y sin distracciones en un objetivo es lo que pone en acción las frecuencias energéticas y crea los diferentes mundos y realidades. La concentración era imprescindible y se lograba mirándose intensamente a los ojos en medio del ritual amoroso (a veces con ayuda de sustancias para los menos dotados). Y la argamasa para esta creación es el amor, no como un subidón emocional humano sino como una presencia universal de la conciencia energía. El mayor placer, y la mayor alquimia corporal en la pareja, se produce cuando la mujer es estimulada hasta alcanzar el éxtasis más elevado. Puro presente sin distracciones, cada célula y el ser entero volcados en el ahora vivo. Ella se convertía en la Diosa y el hombre en Dios, un canal para toda la energía masculina de la creación. Y así los dioses caminaban de nuevo sobre la Tierra y el Espíritu se manifestaba en nosotros. El que la mujer entre en estados de conciencia extáticos es el fin de los celos y de las complicaciones emocionales en la pareja.

El camino más directo y seguro para transmitir conocimiento, sabiduría y magia se centra en la relación sexual, cuando se practicar con la conciencia más elevada y una concentración muy profunda. Es esto lo que ejercitaban algunos de los dioses annunakis en su contacto con las mujeres humanas y las diosas en sus relaciones con los hombres. ‘Los dioses se unieron a las hijas de los hombres y tuvieron hijos’. Los millones de relaciones amorosas que experimentaron a lo largo de los milenios mejoró sensiblemente la herencia genética humana, creando las líneas regias y sacerdotales de sangre azul. Especialmente los maestros y maestras tántricas de otros tiempos (de sangre pleyadiana) mejoraron de esta manera el adn de los seres humanos y sus descendientes, enseñándoles los secretos del arte amatorio. Tal y como practicaron después, durante largas generaciones, los sacerdotes y sacerdotisas de los antiguos templos del amor sagrado.

 

“El sexo tiene que ver con las frecuencias de energía y cómo dirigirlas a través de la voluntad.

Con la energía sexual se pueden crear muchas cosas, y su intensidad se puede amplificar

para plasmarla en grandes obras creativas y artísticas.

Es la energía primigenia de dios que llega a nuestro cuerpo y a nuestros chakras.

Entonces, una vez en el cuerpo, se cambia su dirección y se transforma según la capacidad de cada uno,

como un sistema de circuitos electrónicos que distribuyen

y modifican la intensidad de la energía eléctrica”.

 

Los genes divinos

La comunicación entre tu Yo Soy de 4ªD (llamémosle Ekalar) y sus múltiples encarnaciones en este plano de la 3ªD es muy difícil (contigo, que eres una de ellas, también lo ha sido durante toda tu vida), porque la idea socialmente predominante es que cuando ves presencias o escuchas voces te estás volviendo loco y tienes que tomar calmantes o quien sabe qué. Así que este Ser que eres y sois, Ekalar, se ha sentido impotente durante años para establecer contacto directo contigo, aunque te ha enviado muchas sondas a lo largo de los años (mensajes, visiones, avisos…), especialmente en la infancia y pubertad. Es imprescindible que cada día te enchufes a la Onda Galáctica y te esfuerces por recordar tu origen y recuperar plenamente la memoria ancestral, dentro de este extraño cuerpo que habitas. ¿Qué te puede facilitar el recuerdo? Tienes que volver a la naturaleza salvaje, con los grandes árboles y las estrellas nocturnas, hasta encontrar la paz de corazón que te facilitará el contacto con Ekalar, ayudando de esta manera al resto de las encarnaciones simultáneas (que no sucesivas) que emanaron de su mente. Sólo una persona cada vez, que en el tiempo lineal recorre tu historia desde la época de Lemuria y la Atlántida hasta el día de hoy.

La Tierra no es tu verdadero hogar, estás aquí para despertar y comprender, partiendo del vacío y total olvido del nacimiento. Y eres mucho más de lo que aquí aparentas. Has habitado otros mundos y viniste aquí para ayudar, decidiste estar presente en este tiempo de cambio acelerado para la humanidad. Porque sabes que cuantos más salgan del condicionamiento y recuerden, más fácil será la transformación global. Es el momento de pedir ayuda a los planos más altos donde habita Ekalar y sus maestros, y poco a poco tienes que acostumbrarte a su presencia, a su imagen, a su voz que resuena dentro de ti, a la energía que te envía, etc. Descansa en la naturaleza, deja los aparatos electrónicos a un lado (especialmente tv, ordenadores y móvil) y aléjate de las noticias. La música y la lectura espiritual pueden ayudar. Tienes que aprender a meditar caminando y también sentado, echado al dormir, e incluso en una bañera con agua caliente. Una semana así (en una sadhana personal) y el tiempo se trastoca, la belleza se resalta, los mensajes conectarán con tu conciencia, tendrás sueños conscientes y visiones internas.

Es así como se activan los códigos genéticos divinos, que están sólo potencialmente latentes en tus células. La mayor dificultad para  alcanzar este objetivo son los sentidos externos y tu apego a todo lo material, así como la envoltura electromagnética de la oscuridad que rodea  la Tierra para mantener su dominio sobre tu conciencia. Por eso sólo cuando llegues a fundirte con tus tres encarnaciones más cercanas (psicológicamente hablando) y que más vibran en tu actual frecuencia, verás como las demás les siguen, y entonces se crea un vórtice de fuerza que pone en marcha la descarga necesaria para comenzar la transformación definitiva. Las secreciones hormonales harán el resto. Se suman las experiencias, la sabiduría y la maestría que cada uno de estos yoes ha alcanzado en su respectiva vida sobre la Tierra. Y el milagro se hace posible. Todos fundidos en uno, se impulsará al despertar de los genes durmientes. Lo que a su vez ayudará al despertar de la humanidad en su conjunto…

La conciencia transforma al cuerpo físico, lo que cambiará tu percepción del mundo y transformará tu vida en este plano. Pero tienes que lograrlo sin ayuda de los planos superiores, pues sigue mandando la no intervención y el respeto del libre albedrío. Es eso lo que significa encender el fuego yógico de las antiguas escrituras hindúes (tapas). Hacer prácticas sistemáticas (kr¡yas, hatha y raja yoga, meditación, ayunos…) para activar el sistema endocrino de las glándulas de secreción internas y conseguir ciertos resultados mágicos en nuestra vida.

Pero no debe quedar duda alguna de que eres tu quien tiene que reunir la sabiduría y experiencia de todos los demás, hombres y mujeres de todas las reencarnaciones de tu Yo Soy. Todos se tienen que poner a tu servicio y reunirse en un estado de conciencia unificado para que el milagro pueda realizarse. Pero no eres el único que tiene que hacer este proceso. El mismo Ekalar es a su vez una emanación de un Ser de más altas dimensiones, que también se proyectó (o se vio forzado a proyectarse) en la quinta dimensión de la conciencia. Y este Ser está hecho de geometría de luz radiante y giratoria, de colores vivos y palpitantes, y de sonidos bellísimos, cambiando todo ello con enorme rapidez. Un ser sin movidas emocionales ni luchas internas como en la cuarta dimensión, sin hábitos ni rutinas repetitivas como en la Tierra. Llamémosle Laindair, ese gran Ser que tiene a varias de sus emanaciones en cuarta dimensión (una de ellas el propio Ekalar), y cada una de ellas un puñado de encarnaciones en la Tierra, es tu Yo Soy verdadero de 5ªD. Que a su vez tiene maestros en los planos solares pleyadianos.

 

Tienes que realizar que eres tú mismo, también todos tus otros yoes en el tiempo determinado en que vivieron, y al mismo tiempo Ekalar y Laindair. El tiempo es ficticio (lineal, presente, simultáneo) y sólo sirve para plasmar una ilusión de aprendizaje en el espacio. Entiende la esencia artificial del mundo aparente y la irrealidad del tiempo. Pero sobre todo tienes que comprender que ‘sólo existe dios’, y por tanto que también eres el señor de la oscuridad, y todos sus lacayos en los diferentes planos del mundo manifestado. Acéptalo y sal del juego, porque ha llegado el tiempo de acabar con esta tiranía. Tu como él, cada uno tiene una misión específica para mantener esta grandiosa obra de teatro, que es la vida cotidiana, en el escenario de la evolución de la conciencia. Y cada uno en una expresión del amor de dios en la Tierra. Todo lo que ha existido hasta el momento (desde el gran Espíritu a tu linaje familiar de este u otros sistemas solares) existe en tu interior como conciencia y a través de ella eres capaz de expresar tu poder creativo.

La experiencia, la información y el juego son las claves que lo divino utiliza para alimentarse de la vida, y no el juicio o la limitación. Pero el juego ha terminado, y es el momento de soñar un mundo nuevo, en el que sea posible conectar con nuestro ser real, amar a este bello planeta y manifestar el respecto por el corazón humano en cualquier circunstancia de la vida. Los seres de quinta dimensión tienen como misión esencial transmitir experiencias de vida al Creador y a su energía activa (la Diosa madre), por eso su papel es experimentar y comprender, sin importar el éxito o fracaso de la acción emprendida.

 

El mal como el bien, una quimera. Interactúa con tus otros yoes, reúne su sabiduría, y cada día te será más fácil activar el adn divino que duerme dentro de ti, los códigos genéticos del Cristo vivo. La Tierra está rodeada de una densa capa de frecuencias electromagnéticas que impiden que cualquier ser humano piense en algo más allá de su supervivencia. Y más cerca aún  están los gases de la combustión de los hidrocarburos en los coches, creando una atmósfera de plomo que aplana las frecuencias; y la comida basura, las noticias, la estúpida educación, los deportes de masa, las drogas, el ansia de riqueza y poder, el juego de la apariencia y la sexualidad a flor de piel, etc. Cada uno de estos ‘ideales’, mantenidos lejos de las posibilidades de los humanos, crean una gran frustración y temor, lo que alimenta opíparamente al mundo de la oscuridad.

El rayo de sincronización galáctica aumenta cada equinoccio y solsticio su intensidad (desde los años noventas y más aún desde el 2009). Tienes que abrirte a esa Onda transformadora para que sientas la mutación de tu adn y alcances la libertad. Escucha a la madre naturaleza (viento, pájaros, los ríos que cantan y los vientos que susurran) y por un tiempo abandona los instrumentos electrónicos digitales. Nuestra libertad facilitará la libertad de todo este sector galáctico que ha caído en manos de los oscuros, especialmente el sistema pleyadiano al que pertenecemos.

 

Un abrazo,
Miyo

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