20 de Septiembre: El servicio sin condiciones

Se habla mucho del espíritu de servicio y sin duda estos últimos años han visto un incremento colosal en el número de personas que se han presentado para el voluntariado social, de uno u otro tipo. Pero el servicio, que es capaz de llegar a producir grandes transformaciones espirituales como nos han enseñado muchos maestros tradicionales, depende de la actitud con que se realice.

1- Hay quienes acuden al servicio para resolver sus propias dificultades de relación o para alcanzar un cierto estado de paz interna y de bienestar personal, calmando la agitación de su conciencia. Sin duda que consiguen un cierto estado de armonía y de auto satisfacción colaborando con las necesidades ajenas.

2- Otros participan exclusivamente para sacar a los demás del estado de dolor, pobreza o limitación en que se encuentran, y eso es avanzar un peldaño más porque de esta manera sienten las almas que están implicadas e interrelacionan con ellas.

3- Por último está el karma yoga, la acción desinteresada ajena a los resultados, sin ningún objetivo definible. Se sirve simplemente porque los demás son la expresión de dios en la tierra, y el contacto con la vida divina nos permite alcanzar estados espirituales muy elevados. Pero todo está en las manos del espíritu, yo no hago nada, no es mi esfuerzo el que salvará a los demás, es su gracia la que hace llover todo tipo de bendiciones sobre nosotros.

Cierto que existe una evolución natural entre estos tres niveles y hay personas que los recorren, incluso al margen de la ley, en esas asociaciones que a veces se consideran terroristas. A finales de los sesenta era consciente de gentes que se entregaban para ayudar al independentismo vasco, al margen de la violencia que estos ejercían (aunque en aquellos tiempos, era muy superior la que se ejercía contra ellos). Simplemente estaban siempre disponibles sin juicio y jamás colaboraban en una acción destructiva del tipo que sea. Ayudaban a las personas y a sus familias sin pedir nada a cambio, e incluso muchas veces sin pensar como ellos, pero horrorizados por la presión militar a la que se les estaba sometiendo y por las injusticias que percibían en este trato.

Era el tiempo de los disparos indiscriminados, de las torturas, de los registros a altas horas de la mañana, de las detenciones por denuncias anónimas y cosas así. Conocía personalmente a estas gentes y comprobaba como cada día se metían un poco más en la red, pero cuando hablaba con ellos para preguntarles si esa era su decisión consciente, me respondían que la situación les empujaba sin remedio hacia allí, al margen de lo que cada uno quisiera. También ellos participaban del servicio y del dar, y eso en medio de las injusticias de ambos lados, pone a girar la rueda de la vida y de la abundancia, manifestando una realidad multidimensional que no puede juzgarse desde las creencias limitadas.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.