18 de Junio: Un cerebro sofisticado en el corazón
Hoy abundan los investigadores que afirman que la conciencia es fruto de una interrelación multidimensional entre el cerebro, el corazón y el cuerpo celular. Cada día se avanza más en la comprensión del sistema de memoria autónoma, en la capacidad de procesar información y en la sensibilidad especializada que posee el corazón. Usando un campo eléctrico como intermediario (sesenta veces más poderoso que el cerebral), el corazón envía señales que influyen en los procesos de percepción y conocimiento cerebral y evidentemente en todo lo relacionado con las emociones. Por su parte los impulsos electromagnéticos del corazón son miles de veces más intensos que los del cerebro y se pueden medir a metros de distancia. En realidad están descubriendo que son las ondas de energía cardíaca las que unifican e interrelacionan todos los órganos del cuerpo con la función celular.
El ritmo del corazón está implicado en todo el resto de las funciones corporales e interpenetra cada una de ellas. Pero además cada una de las emociones negativas está vinculada a un patrón caótico de ritmo cardíaco y cada una de las positivas a un patrón ordenado y a una cadencia equilibrada. Cuando las emociones positivas se manifiestan a lo largo de las semanas y los meses, el esquema general del ritmo cardíaco se transforma sinusoidalmente y expresa una gran armonía psicofísica. Todos los órganos funcionan mejor y hay menos alteraciones mentales, estrés y diálogo interno. También aumentan las manifestaciones intuitivas, la función de empatía hacia los demás, y el rendimiento intelectual.
En las comunicaciones de grupo, al margen del lenguaje oral o gestual, existe la atracción o repulsión energética que actúa por debajo del umbral de la conciencia. Y también se ha descubierto un nuevo campo intuitivo que permite afirmar que el corazón, aún más que el cerebro, recibe información de un suceso antes de que éste se manifieste, más allá de los límites del espacio y del tiempo. Las emociones positivas parecen generar coherencia entre ambos campos, el del corazón y el social. Hay que respirar conscientemente hacia el corazón y plexo solar varias veces al día para facilitar este proceso de armonización entre corazón, mente y cuerpo, que desarrollará la conciencia y la claridad: Inspirar al corazón con una emoción positiva de amistad y exhala hacia el pecho entero con una de atención. Inhala amor y exhala compasión, siempre emociones positivas y expansivas. Respiro valor, respiro sinceridad, respiro agradecimiento…
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