El retorno a la sabiduría ancestral
La Tierra ha estado sometida a la densidad vibratoria de su psicosfera, cargada por el ser humano con toneladas de emociones negativas, de miedos, de violencia y odios desatados, de angustia por el hambre y la muerte de los niños, de desesperación y de muerte. Y esa densidad a su vez ha nublado nuestro juicio, haciéndonos olvidar que el alma es inmortal y que la verdad está dentro y no fuera de nosotros. Pronto abandonamos las enseñanzas de los grandes maestros, especialmente en lo que se refiere a la energía del amor que lo inter relaciona todo. Energía infinita e indestructible que llamamos dios o espíritu, todo lo que es. Hemos pasado de resonar con una religión a participar en una enseñanza interna, cambiamos de rumbo según nos vamos liberando de la importancia personal y vamos poniendo luz en nuestra sombra.
Y un día nos sentiremos fuertes como para afrontar nuestro propio camino, nos uniremos a otras almas que han tomado también esa decisión de independencia, y los maestros y las maestras aparecerán para ayudarnos a conseguirlo (crearán las condiciones para que podamos asumir nuestro verdadero rostro y activar los dones de nuestra alma). Encontraremos compañeros de viaje por todas partes, milagrosamente se manifestarán sucesos significativos, signos evidentes, sueños conscientes, y poco a poco atravesaremos la llanura que conduce a la montaña sagrada. Los seres de luz nos acompañarán en un viaje que sigue un plan interno y en el que cada suceso nos trae lecciones que aprender. Nunca habían llegado a la tierra tantas almas con el propósito de iluminarse en vida y de iluminar a los demás. Son un verdadero ejército y da igual cómo se les conozca: niños índigo y cristal, semillas estelares, walking… Progresivamente, según ellos despiertan, el mundo entero, en su inconsciente colectivo, va modificando su percepción de la verdad.
Ya hemos caminado junto a otras almas avanzadas en el camino interno, hemos sentido su amor y su alegría, su contacto con los planos sutiles, su energía desbordante y su capacidad para relativizar las cosas y verlas desde una perspectiva más global. Su sola presencia eleva la frecuencia de un grupo y su halo de sabiduría y amor es capaz de sanar las diferencias existentes entre todos sus miembros. Sus vibraciones superiores exudan una energía amorosa que no dejará a nadie indiferente, creando una atmósfera de conciencia, de calma y de hermandad. Es así también como los miembros de la federación galáctica empatizan con aquellos pueblos que contactan, armonizando en un instante las frecuencias mentales y emocionales del grupo entero.
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