17 de Septiembre: La memoria perfecta lo olvida todo


Las emociones retenidas hacen engordar al cuerpo. Ciertamente hay dos mundos ajenos que entran en relación cada día. El de aquellos que viven el presente, que casi no dejan huella ni memoria de su paso por las experiencias de la vida, y el de aquellos (mejor aún aquellas) que lo recuerdan todo, que son un ordenador preciso de matices y colores varios. Las conversaciones entre ambos mundos son como los diálogos para besugos del tbo. Unos hablan del presente y de la toma de decisiones, la acción inmediata, y otros contestan con una sarta de precisiones hundidas en el pasado que deja descolocados a los primeros, con el dedo índice en la sien, girando y girando sin poder creer en lo que están oyendo… Pero tanto recuerdo no es sin costo. Una enorme cantidad de energías se despilfarran en el recuerdo de las puntillas y flecos de cada experiencia, además de las emociones implicadas sin remedio, y por eso antes o después llega sin remedio la depresión, la pérdida de energías, el ahogo, etc.

Unos avanzan ligeros y otros aparentan torpeza y pesadez, porque las emociones personales son densas y no dejan volar. En estas personas tan egóticamente emotivas el plexo solar está permanentemente abierto, y se les puede alterar sin enterarnos de la ofensa y con nuestra mejor voluntad. En el encuentro de la Escuela Chrisgaia de hace un par de semanas, una de las participantes explicó como había llamado a otra (ambas habían hecho un largo viaje por algunas zonas de Asia en grupo y habían tenido algunos problemas) para quedar con ella y echarse unas risas sobre lo sucedido, mientras que la otra interpretaba que eso era a mala leche, porque en el viaje no había podido reírse ni un poco de lo mal que lo había pasado, rodeada de tanta gente insensible…

Así es toda la historia. Las gentes emocionales lo interpretan todo desde su auto reflejo y se meten en líos sin querer, por un exceso de sensibilidad egótica. El mundo entero está contra ellas o puede estarlo en cuanto algo no salga como proyectan. Y las decepciones son continuas, así como los chantajes emocionales (ahora me voy, no estoy dispuesto a soportar esto nunca más, me han hecho diez mil desprecios, todos parecen confabulados contra mí, etc). Encima los demás sin enterarse de nada de lo que está pasando. Cierto que sin emociones la vida no tiene color y que, en el extremo contrario, hay gentes sin sentimientos y materialistas, siempre centrados en la autosatisfacción y en el poder. Pero el camino medio está tan lejos del primer espectáculo como del segundo.

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3 Responses

  1. Yo

    hay personas que en su impaciente afán de crear clones de ellos mismos manifiestan una vehemente insistencia en el presente y en la evolución forzada, sin darse cuenta de que hay un plan mucho mayor que su creida elevada y desarrolada evolución y no hacen mas que mostrar la patetica e irrefrenable limitación de la razón encubierta de piel de plasma…

    1. Yo

      creo sinceramente que la mayor y mas respetable aventura del alma humana es el camino de si misma hacia el desapego, y por tanto el silencio interior…somos un holograma del universo y en nosotros mora unhunab ku al que llegamos sin importancia de absolutamente nada o nadie del exterior…..hasta que no comprendemos eso la mente muta constantemente haciendonos creer que ella ha perdido el cetro…la mente nunca muere, solo duerme cuando llegamos al tao…y esa es la ultima parada…cuidado consejeros escribas…calma y cuidado.

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