La oración por los demás sana
Muchos investigadores médicos (rusos, europeos y americanos) están probando el poder de la oración y de los decretos espirituales en las enfermedades coronarias, y no salen de su asombro. La llaman plegaria de intercesión. No tienen explicación científica para ello pero experimentalmente han comprobado la evolución positiva de los pacientes que rezan, y aún más, de aquellos que como antaño son rezados por sus amigos y familiares, que les quieren. La revista de la asociación médica de estados unidos describe una investigación de laboratorio en la que los pacientes no conocían que había personas trabajando espiritualmente por ellos, e incluso los que rezaban tampoco conocían al paciente que les habían asignado. En missouri se trabajó con mil personas a lo largo de un año, enfermos que pasaban por el hospital y eran internados, aunque sea brevemente. Llegamos a la conclusión de que la oración da resultados, pero la causa de la mejoría sale fuera de nuestra comprensión, como si se tratara de algo de dios.
La mitad fue tratada sólo por los medios tradicionales y la otra mitad estuvo además rezando en grupos de cinco personas a lo largo de veintiocho días, cuatro veces al día. Y este grupo tuvo muchas menos intervenciones que el primero. El doctor harris director del experimento añade: Dios nos dice en la biblia que oremos por el prójimo. En ausencia de autosugestión del paciente o del impacto emocional de la relación personal entre el paciente y los que oran, se abre la incógnita de si las plegarias cambian los designios de dios. Se señala que la intencionalidad a distancia demuestra que alguien o algo pueden tener influencia sobre un objeto o persona a gran distancia. La iglesia cristiana siempre ha señalado que la enfermedad es un medio de purificación espiritual y de unión con cristo, y para los que rodean al enfermo un medio para ejercer la caridad y la compasión. Cabe señalar que actualmente se reúnen una vez por semana muchos grupos de oración que pretenden desarrollar un cierto carisma de sanación…
Para los creyentes es milagroso que los cuerpos puedan ser reconectados por dios a través del cerebro (voluntad, fe…), siempre en contacto con el sistema inmunológico y cardiovascular a través de hormonas y otras sustancias liberadas por las células nerviosas (sistema linfático, bazo y médula). Esta conexión con el cerebro y la mente existe para conectar nuestra vida psicológica, social y espiritual con nuestro cuerpo físico para que trabajen como el todo que son. Se han encontrado niveles más altos de interleukina (il-6) en los que acuden a las ceremonias religiosas o realizan prácticas espirituales.
Las células cd-4 encargadas de luchar contra el virus del sida en los portadores del vih positivo (universidad de miami), crecen ampliamente en aquellos que practican la meditación y la oración, acuden a servicios religiosos y leen escrituras sagradas. En el cáncer de mama las mujeres religiosas tienen un mayor índice de linfocitos y un mejor sistema inmunológico. Por último, cuando la mitad de un grupo de ciento cincuenta pacientes intervenidos quirúrgicamente (sometidos a un fuerte estrés de angustia emocional y espiritual), realizaron una terapia de cuatro pasos (relajación, visualizaciones guiadas, terapia de contacto y plegarias de intercesión) todos lograron acelerar sorprendentemente su recuperación. Entonces quedó claro el valor de la oración.
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