Miedo a los bichos
Hola Miyo,
Apenas he visto tu blog y me parece sumamente interesante, gracias por lo que le estas regalando a la humanidad, y con mucha vergüenza te pregunto: ¿porqué le tendré miedo a los animales grandes y la mayoria de los perros?
Me considero alguien espiritual y analítico, y me avergüenza a estas alturas de mi vida (33 años) seguir con miedos que cargo desde la infancia. El miedo es tal, que siento que solo me hago pendejo y que no merezco vivir a plenitud, y también me dan un poco de miedo las mujeres ya que les quiero hacer el amor a todas (especialmente las guapas), y aunque amo a mi esposa y he sido fiel por 9 años, la verdad es que me reprimo las ganas de follarme a otras.
Gracias por tu tiempo… solo tomaría un poco de tu tiempo y sabiduría por algo que llevo cargando por años. Estoy dispuesto a ser tu cyber-discipulo o me apego a cualquier recomendación que me des.
Abrazo fuerte y hasta pronto.
Víctor
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Saludos Víctor:
Cuando existe el miedo, estamos estableciendo un contrato de que antes o después tenemos que afrontar. Cuando odiamos algo (arañas, escorpiones, ratas, cucarachas…) nos esperan siempre al otro lado, en los sueños, o como guardián del umbral, o al tomar una sustancia, en la soledad de una fiebre alta, o en los momentos que vamos a afrontar un desafío.
Así que, más allá de tus experiencias de infancia, puedes comenzar teniendo un perro desde cachorro y dejarle que crezca; así podrás disolver buena parte de tus miedos, a través del amor que le comunicarás. También puedes ir a una perrera y respirar el miedo que sientes, hasta que después de tres o cuatro visitas tu miedo se vaya calmando y puedas relajarte en su presencia. Sobre todo no sirve para nada decir que no muerden, que primero te huelen y son sensibles al miedo, que esto o que aquello. Es algo visceral y te da miedo hasta que te miren o te huelan. Pueden ser engramas de otras vidas o experiencias de sueño infantil, experiencias o películas que se te han quedado cruzadas; la verdad es que no importa el origen, sino abrazar la sombra, aceptarla (amarla) y disolver su poder en tu mente.
Uno no tiene miedo, es miedo, y por tanto todo lo que le saca de su posición artificial de vida (en la que se ha apoltronado) levanta su barrera de defensa que es este mismo miedo. Lo masculino siempre teme (o respeta) el misterio femenino, y se siente en alerta ante su presencia (aunque algunos degeneran esta situación intentando dominar violentamente lo que no comprenden). Quizás sea verdad que el hombre es naturalmente polígamo no monógamo, y esta atracción no parece nada negativo en sí misma. Lo que tienes que entender es que imaginarte haciendo el amor con una chica que no te ha dado permiso (físico) para ello, es interferir con sus energías y violentar su libertad. Si no sintieras como malo moralmente esto que sientes, podrías relajarte en la belleza de la mujer y percibir las cualidades de la Diosa en cada una de ellas. Pero como reprimes este pensamiento, cada vez se vuelve más agresivo, hasta sentirte casi un violador, y esto no es sano, ni permite el libre flujo del amor ni de las energías.
Acepta lo que piensas, libera las culpas y convierte los venenos en miel. Entiende que violar o hacer el amor en plan instintivo descontrolado es algo que cualquier primate puede hacer, pero mirar a los ojos de la Diosa, sentirte fundido en su abrazo, hacer brotar una sonrisa de la más humilde de las mujeres, es abrazar tu parte femenina y permitirte ser creativo y sensible. Mientras violentes esa parte, serás agresivo, no controlarás tu sexualidad y vivirás atormentado, en vez de poder crecer junto a tu pareja.
Un cariñoso abrazo,
Miyo