14 de Junio: ¡A la mierda la culpabilidad y el pecado!

 

Nadie puede redimir a otro sin robarle su poder. Así que dejemos ya ese tópico agresivo del me sacrifico por los demás, que es otra manera de robarles su libertad para elegir. Sea tu hijo o tu madre, se trate de enfermos o de niños, abandona este camino. Ya está bien de salvar o ser salvados, nuestra única arma invencible es amar incondicionalmente y eso significa aceptar a cada persona como es, sin querer cambiarla, asumiendo los millones de caminos que el ser puede emprender en su evolución hacia la libertad y la conciencia. La verdad es que ningún ser humano ha necesitado jamás ser salvado o perdonado por sus pecados.

Nacemos divinos y en plena comunión con el espíritu y luego caminamos por una senda de libre albedrío, en la que cada uno tiene la capacidad para elegir lo que considere adecuado en este instante. Nunca han existido faltas o pecados por los cuales un hijo de dios debiera morir por salvarte. Ya basta de levantar la cruz de la culpabilidad cada día y seguir clavando en ella a nuestro ser, que es lo mismo que crucificar de nuevo al Cristo una y otra vez. Deja esa estupidez de que debes purgar tus pecados, que eres culpable, que debes ser castigado, que es necesario que sientas dolor… porque ese es el origen de las enfermedades y de la muerte.

Si es que de verdad hay algo como la salvación o la fusión con la humanidad, ha de ser en la alegría, en la ascensión, en el éxtasis místico, en el amor de disolución, y no en la repetición sangrienta de la tortura y de la muerte. En vez de quererme tanto que estés dispuesto a morir por mi, quiéreme tanto que estés dispuesto a vencer a la muerte por mi, a ser inmortal y salir fuera de las limitaciones humanas. Deja a los salvadores a un lado, Cristo los ignora, ni siquiera los conoce, y vive en el amor y la alegría. Nadie ni ningún dios tiene que perdonarte, simplemente hazlo tu, perdónate por todos los momentos en que creíste que merecías un castigo, que no eras libre de hacer lo que consideraste adecuado, que no eras la expresión de dios sobre la tierra sino un esclavo pecador afiliado al club de los seguidores del diablo.

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8 Responses

  1. victoria

    Poco a poco voy comprendiendo aquella tremenda ansiedad callada que sentía, de niña primero, de chica después, por dejar el pueblo y largarme lejos de ahí. Me moría de ganas de salir del círculo vicioso en el que había caído desde mi nacimiento. Y es que toda mi vida ha estado impregnada de esa moral católica de la que hablas, Miyo, del sufrimiento y de la culpa, que nos imponían desde bien jovenes sin saber nadie, ni los que nos la imponían, ni los que recibíamos esa imposición el porqué lo hacían. Era como una mega-enorme- inmensa burbuja de desconocimiento general en la que ni te cuestionabas lo que hacías. Lo malo es que algunos/as si nos lo cuestionábamos y salíamos locos/as por sentirnos solos y diferentes frente a la enorme estupidez reinante.

  2. Jorge

    La culpa es mierda que le embarramos a otros, o lo peor, que a veces nos la tragamos. Por eso estoy de acuerdo con Miyo: la mierda A LA MIERDA!

  3. Muy bueno Miyo.

    Desde la creación de las religiones, nos han estado metiendo mentiras.
    Ya sabeis para qué, para controlarnos a su antojo mediante el miedo y la opresión .

    Saludos guerreros.

  4. Reyes

    Pues eso a la mierda!, totalmente de acuerdo, nadie redime a otro sin quitarle su poder y nadie se deja redimir sin quitar el poder al otro. La vida es sagrada y desconocemos el camino que nuestra alma tiene dispuesto. Sólo amar incondicionalmente y respeta el camino que cada cual elige, sea el que sea aunque sea la muerte.
    Me ha costado mucho sufrimiento y pérdida llegar a comprender esto.
    Gracias MIyo

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