11 de Marzo: Meditación del arco iris


Hoy es el aniversario del once eme y se han celebrado muchos actos de homenaje y recuerdo a las víctimas, especialmente en la estación de atocha de Madrid, en el monumento levantado para señalar el terrible suceso.

Vamos a hacer un viaje, a desplegar una meditación que nos aleje del sentimiento de tragedia y más aún de rencor por lo sucedido. Primero convocamos una columna de luz blanca para elevar nuestra frecuencia en este viaje interno. La pedimos a la fuente de la divina presencia y la luz blanca va entrando en nuestras células y todos los cuerpos, irradiando sobre nuestros pensamientos y emociones. Luego hacemos un círculo con la luz dorada que entra por los pies y sale por la corona, retornando a la fuente y volviendo a penetrar por nuestros pies, en un movimiento circular continuo. Estamos protegidos por la energía divina y sólo puede contactar con nosotros lo que está relacionado con nuestro bien supremo.

Entonces comenzamos a practicar la respiración del infinito. Realizando la figura de un ocho vertical, al inspirar (círculo superior del ocho) y al expulsar (círculo inferior del ocho). Inspiramos subiendo por detrás hasta lo alto de la cabeza y bajando por delante hasta la cintura, y expulsamos siguiendo el dibujo del ocho, bajando por detrás hasta rodear el perineo y subiendo por delante hasta la cintura de nuevo. Es la expresión de nuestra realidad eterna e infinita.

Nos focalizamos en el corazón y en el ritmo de su palpitar, que acomodamos al latido espiritual del creador. Todos los ángeles y guías vibran desde la conciencia crística del yosoy. Sentimos una enorme gratitud y el flujo del amor incondicional pasando a través de nosotros en el corazón. Es el momento de realizar un viaje interno y de atravesar el portal dimensional que da paso a la conciencia unificada. Nos agachamos y pasamos por una pequeño puerta estrecha que hay a la izquierda. Al pasar se ve un corredor blanco brillante y como si hubiera un enorme aspirador somos succionados hacia otra realidad. Delante vemos como una elevada montaña en forma de zigurat, con un camino muy estrecho y empinado, que nos hace presentir el riesgo de la aventura. Pero no hay riesgo alguno en la experiencia psíquica que según avanza se va haciendo más ligera. Nos paramos un rato encima de una gran roca para descansar, comer, beber agua fresca y disfrutar de la visión.

Meditamos unos minutos y estamos atentos a lo que llega, un eco de la nueva conciencia. Avanzamos como flotando porque las vibraciones se elevan según vamos tomando altura. Cuando llegamos a la cumbre de la montaña espiritual, la belleza del paisaje es algo increíble. Entonces sentimos una presencia muy luminosa a nuestro lado, es el reflejo del ser superior que somos. Nos abrazamos y nos sentamos juntos con lágrimas en los ojos, es una fusión sin esfuerzo, comunicándonos sin necesidad de palabras. Toda la visión que tenemos desde la cumbre está repleta de luz dorada, como un mar de ondas de polvo de estrella. Una luz que palpita al ritmo del todo y que unifica el universo entero. Es como volver al hogar y recuperar nuestro vínculo con el creador. Somos una partícula del todo y al mismo tiempo el todo completo e indiviso. Soy la luz dorada del creador y dador de la vida. Queremos quedarnos pero los ángeles y los guías nos recuerdan que tenemos una misión del alma que cumplir sobre la tierra. Así que les agradecemos el viaje y volvemos a asumir nuestro papel. Con un acto de voluntad nos separamos de esta esencia del espíritu y retornamos al corazón espiritual en nuestro pecho. Una intensa sensación de agradecimiento…

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2 Responses

  1. Jiddu Krishnamurti y la Meditación;

    «La meditación es una de las artes más grandes en la vida quizá la más grande y no podemos aprenderla de nadie. Esa es su belleza. No tiene técnica y, por ende, no tiene autoridad. Cuando uno aprende acerca de sí mismo, cuando se observa cómo camina, cómo come, qué dice, la charlatanería, el odio, los celos; si está atento a todo eso en sí mismo, sin preferencia alguna, ello forma parte de la meditación. Por lo tanto, la meditación puede tener lugar cuando estamos sentados en un autobús o paseamos por los bosques llenos de luces y sombras, o cuando escuchamos el canto de los pájaros o contemplamos el rostro de nuestra mujer o nuestro hijo».15.

    Y recientemente ha escrito: «Todo esfuerzo que se hace para meditar, niega la meditación».16.

    15 Freedom from the Known (1969).
    16 Prólogo de Krishnamurti en Meditations (1980).

    KRISHNAMURTI
    Los años de plenitud
    MARY LUTYENS
    http://seaunaluzparaustedmismo.blogspot.com/

  2. Miyo: gracias por esta meditación tan hermosa que le da otro sentido a los momentos dificiles. Un abrazo desde el corazón. Elena

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