10 de Junio: Hoy me envían un sueño y una meditación

MG1: Me despierto en la azotea de una casa, dentro de un saco de dormir. Veo que un tigre precioso y enorme se acerca, me dio un poco de susto así de entrada. Resulta que una amiga mía lo tenía ahí guardado, pero no lo alimentaba debidamente. Siento que el animal es muy noble y no me quiere hacer daño pero necesita comer carne porque esa es su naturaleza salvaje. Se acerca, se arrima a mí y me pone una pata encima, lo acaricio y siento la textura de la piel como en otro sueño que tuve. De repente una de mis manos está dentro de su boca y la pulsera que llevo puesta se engancha con sus dientes. Siento que el animal me huele y necesita comer pero no quiere hacerme daño. Me entra el nerviosismo porque puedo sentir a la vez mi miedo al mordisco y su necesidad primaria de comer. Al final me tranquilizo, confío en que no me va a agredir y con paciencia consigo desenganchar la pulsera y sacar la mano. Entonces llega mi amiga con su madre y le da una cabeza de pescado. Se la mete en la boca y al darse cuenta de que no es carne la tira. Luego sube un montón de gente a la azotea y yo estoy atenta para que no se zampe a ninguno. Entre ellos me fijo en una persona híbrida, mitad hombre mitad perro, y con pinta de estar debilitado. El tigre no le quita ojo esperando a que yo baje la guardia para comérselo. De repente, el tigre se convierte en niño y me dice que su madre lo alimentaba con animales pequeños y dorados del tamaño de un gato o así. Decido sacarlo de allí y llevarlo a un lugar acorde con su naturaleza. Me lo llevo metido en una bolsa de papel y salgo de la casa. Bajando nos cruzamos con un gato amarillo, el tigre lo huele, sale con fuerza rompiendo la bolsa y se lanza a por el gato porque ya no podía aguantar mas. Le pega un mordisco y le corta la cabeza de cuajo. A mi me salpica la sangre por las piernas. El tigre se queda libre y yo acabo en una plaza en la que cruza una especie de procesión de moros y cristianos, mientras que desde las ventanas alguien grita ¿guerra o paz?

MG2: En vigilia, mi compañero vivió la experiencia de hacerse uno con todo y expandirse durante la ceremonia que estábamos realizando. Hubo un momento en el que se acerco a mí, me pasó la mano por detrás y respiramos juntos. Visualicé una Venus en mi corazón y unas aspas como de helicóptero en mi cabeza. Todo esto despierta. Luego volvimos a mi casa y nos pusimos a pintar un poco. Al terminar nos dimos un largo abrazo y conecté con él primero desde el vientre, luego la energía subió al corazón, que se me abrió de par en par, y siguió subiendo hasta que salí disparada por la fontanela. Me tuve que sentar porque mi cuerpo se hizo muy pesado, me fundí en miles de partículas y en ninguna. Me convertí en la nada. Fue con los ojos abiertos, aunque me costaba mantenerlos y tampoco podía casi hablar. Me deje estar allí, era una sensación que nunca había experimentado pero sentía una paz intensa. Sabia que podía volver cuando quisiera, aunque me costaba un poco densificarme de nuevo. Después de un rato hice el intento de ir allí de donde procedía, a mis orígenes estelares, entonces de repente me entro una emoción muy fuerte que no pude sostener y baje bruscamente a la tierra.
Luego, ya que había pasado eso y los dos estábamos muy abiertos, decidimos hacer una meditación conjunta para orientar nuestra relación. Nos sentamos en postura, de frente y tocándonos las manos. Sentí como nos hicimos una esfera y la energía se movió en vertical, creando una espiral hacia arriba hasta volver a salir por la corona. Esta vez la vuelta fue mas rápida y comencé a ver rostros en su cara (nos mirábamos a los ojos), como si fuese una pantalla de cine. Creo que me estaba viendo yo, la mayoría eran rostros de hombres fuertes y con pinta de animales, felinos, aves, también había muchos rostros extraterrestres, alguno terrestre. Vi rostros de diablos, con rayos rojos en los ojos, y rostros duros, rostros tristes, rostros ancianos, rostros de sabiduría… El ultimo rostro que vi fue el rostro de la muerte. Mientras contemplaba los rostros, la energía oscilaba de una a otra mano como si fuese un alternador.

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